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Qué es la disciplina positiva y cómo aplicarla en casa
Educación
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Por Mª José Roldán Prieto

La disciplina positiva es muy fácil de entender si utilizamos la empatía en todo momento para la crianza de los niños… una forma de hacerlo es tratar a los hijos cómo nos gustaría ser tratados a nosotros mismos, así de simple. La disciplina positiva aboga en ayudar a desarrollar una conciencia guiada para la disciplina interna de los niños y la compasión por los demás. 

Qué es la disciplina positiva

La disciplina positiva se basa en la confianza, en una relación segura y con buena comunicación, es decir… en una buena conexión entre padres e hijos. Tener disciplina no significa que tus hijos deban temerte, significa que deberás ser una persona empática, amorosa, respetuosa con las necesidades e inquietudes de tu hijo. En cambio, una disciplina tradicional suele ser dura, excesivamente punitiva y debilita la conexión entre padres e hijos. El objetivo de toda disciplina es ayudar a los hijos a que desarrollen autocontrol y autodisciplina, y para eso, necesitan de tu ejemplo y tu paciencia. 

Consejos importantes para aplicar la disciplina positiva en casa:

1. Comprende qué hay detrás de una conducta

Siempre que hay una conducta inadecuada en un niño hay una emoción que no se ha expresado bien. Es importante que los padres se den cuenta de que todo lo que hace un niño se puede etiquetar como malo, pero él siempre lo está haciendo lo mejor que puede en ese momento. Es trabajo de los padres averiguar por qué se comporta así. Una vez que sepas la raíz de lo que ocurre podrás eliminar la causa y sanar las emociones, así el niño se sentirá impulsado a comportarse de otra manera.

2. Contrólate a ti mismo en lugar de querer controlar a tu hijo

Desafortunadamente en muchas ocasiones, los padres pierden el control por el intento de controlar a los hijos, pero la realidad es que de este modo sólo consiguen que los hijos también pierdan el control de ellos mismos. Los padres deben modelar los tipos de comportamiento que quieren que sus hijos emulen. Los gritos sólo enseña a gritar, los golpes sólo enseñan a golpear, y así con cualquier ejemplo que te venga a la cabeza.

Es necesario que cuando existan malos comportamientos por parte de los hijos, los padres cuenten hasta diez, tomen una respiración profunda y si es necesario se alejen de la situación hasta calmar las emociones y entonces volver a escena para buscar las mejores soluciones desde la calma. El mal comportamiento de tu hijo puede alimentar tu rabia, tu ira y tu frustración que en combinación puede ser todo un problema si no se controla. La empatía y el cariño siempre serán las mejores bases para tratar un mal comportamiento… y recuerda en elogiar el buen comportamiento siempre.

3. Ofrece tiempo de calidad a tu hijo todos los días

Puede ser tentador ofrecer a tu hijo un dulce para que se comporte bien en una excursión pero estarán diciéndole que si no quiere ser bueno debe ser pagado para que lo sea. La mejor recompensa es tiempo con los padres, por lo que lo mejor que puedes hacer para que tu hijo sea feliz es ofrecerle tiempo de calidad. Eso significa que pases un mínimo de 15 minutos con tu hijo haciendo cosas que le gustan y dile lo mucho que te gusta pasar tiempo a su lado.

 

 

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