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Los porqués infantiles
Familia
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Los porqués infantiles
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Las famosas preguntas de los niños, los constantes porqués infantiles, especialmente entre los 3 y los 6 años, pueden hacer reír a los padres o perder su paciencia. Siempre nos sorprenden con la ingenuidad que demuestran, su lógica aplastante y la naturalidad para preguntar desde las cosas más básicas hasta las más profundas.

Las respuestas a los porqués de los niños son un reto para los padres.

Por qué preguntan los niños

En la etapa básica de crecimiento y cuando ya han aprendido a hablar, se está dando el desarrollo más importante de su cerebro. En esta etapa todo es descubrimiento y el niño está empezando a tomar contacto con su entorno, con los adultos, con el colegio... Lo normal es que pregunte por todo o casi todo. Las preguntas forman parte y muy positiva de su crecimiento y educación. Los padres no deben acallar esta constante curiosidad. Es su forma natural de relacionarse con su entorno y comunicación con las personas y muy especialmente con sus padres, la fuente natural de información.

Los padre son deben acallar esta vocecita que pregunta y pregunta, podemos dejarlas pasar para contestarlas más tarde, pero es mejor que sean los padres quienes vayan conformando la construcción de la realidad del niño a través de sus respuestas, servirá de camino seguro para el peque en su proceso de aprendizaje de las más variadas cuestiones.

Responder siempre

Es mejor no dejar preguntas sin responder, ello puede generar dudas, o ansiedad, o miedos sobre determinadas cuestiones: la muerte, la vida, las ausencias... Pero tampoco nos sintamos en la obligación de saberlo todo y a todas horas. Si realmente no encontramos respuesta para alguna cuestión que nos plantee, siempre podemos decirle que responderemos más tarde o que hay algunas personas que saben mucho de ese tema y que nos podrán enseñar la respuesta.

Siempre podemos echar mano de la imaginación para preguntas que no requieran una respuesta concreta porque no pueden entenderla, o un poco de sentido del humor. Si las preguntas se alargan y alargan encontremos un motivo para dejarlas de momento: una pequeña obligación, una llamada de teléfono... sin dar a entender que ya nos cansamos de charlar: una de las razones de tantas preguntas es sencillamente hablar y ser escuchado por sus padres.

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