El pasado 13 de diciembre entró en vigor una nueva normativa de etiquetado de los alimentos, la cual, fue aprobada en 2011, lo que permitió a los fabricantes adaptarse a las nuevas exigencias.
Gracias a esta nueva normativa, los consumidores disponemos de información más organizada y detallada sobre los alimentos que compramos, algo fundamental sobre todo en aquellos productos que incorporemos en la dieta de nuestros hijos.
Así pues, veamos qué cambios nos trae el nuevo etiquetado:
- Formato del etiquetado: El etiquetado debe ser claro y completamente legible. Así pues, se establece un tamaño de tipografía obligatorio según el tamaño del envase, el cual, debe tener como mínimo 1,2 mm en envases de más de 80 cm2; y 0,9 mm para envases de menor tamaño.
- Origen: Es necesario indicar el país de origen. Hasta ahora, sólo era obligatorio para la carne fresca de vacuno, las frutas y las verduras, la miel y el aceite de oliva, sin embargo, a partir de ahora, también lo será para la carne fresca de cerdo, de ovino, de caprino y aves de corral.
- Alérgenos: La etiqueta deberá informar acerca de si el alimento contiene alguno de los 14 alimentos alérgenos más comunes, como por ejemplo, la soja, los frutos secos, el gluten y la lactosa. En este caso, deberá ir destacada en una tipografía distinta del resto, como por ejemplo, en negrita.
- Aceites o grasas vegetales: Hasta ahora bastaba con indicar si la grasa era de origen animal o vegetal. Ahora se deberá especificar el tipo de aceite usado en la elaboración del producto (aceite de oliva, de coco, de palma, etc…).
- Fecha de congelación: Los alimentos como la carne y el pescado deberán especificar si han sido congelados y cuándo, en cuyo caso no podrá haber sido descongelado y congelado nuevamente. También deberá indicar si se les ha añadido agua o proteínas durante el proceso.
- Información nutricional: Será necesario informar del valor energético, de las grasas, de las grasas saturadas, de los hidratos de carbono, de los azúcares, de las proteínas y de la sal, siempre por cada 100 g o 100 ml.
Sin duda, este nuevo etiquetado proporcionará a los consumidores la posibilidad de estar verdaderamente informados y tomar decisiones de forma más responsable acerca de su alimentación.
Por último, cabe mencionar que todavía no todos los alimentos cumplen con el nuevo etiquetado, ya que según la normativa pueden permanecer a la venta con el antiguo hasta su fecha de caducidad.
