La actividad física aporta muchos beneficios a las personas, siendo la base para un estilo de vida saludable, sobre todo, en el caso de los niños. Sin embargo, existen determinadas condiciones de salud que hacen que el ejercicio tenga que ser controlado, e incluso, pautado por un médico.
Los niños que tienen diabetes, enfermedades cardíacas, asma y obesidad también pueden realizar ejercicios y aprovechar sus ventajas, pero: ¿En qué condiciones y cómo les beneficia la actividad física en estos casos en concreto?
• Diabetes
La diabetes es una afección por la que el cuerpo no es capaz de equilibrar correctamente los niveles de azúcar en sangre.
Antes de realizar el ejercicio es necesario tener en cuenta una serie de precauciones, como por ejemplo, comprobar cómo está el nivel de glucemia. En este caso, hay que administrar la insulina previamente al ejercicio y fuera del área que va a ser activada durante el mismo, es decir, alejada de los músculos implicados.
Así pues, es posible realizar cualquier actividad física, pero es necesario que el médico la conozca y controle la dosis de insulina.
• Enfermedades cardiacas
En estos casos tan delicados es absolutamente indispensable un estudio médico a fondo para determinar si existen contraindicaciones absolutas o relativas para la realización del ejercicio, ya que una enfermedad cardiovascular abarca distintas patologías que afectan al corazón y al sistema circulatorio, en diferentes grados de gravedad.
En general, en ausencia de insuficiencia cardíaca, la actividad física de intensidad moderada es tolerada bastante bien.
• Asma infantil
El asma puede ser causado por multitud de factores, desde la polución hasta el ejercicio, no obstante, la actividad física y el asma no son incompatibles, ya que ésta ayuda a tener unos pulmones más fuertes y preparados para superar los episodios asmáticos.
En los casos de asma, donde siempre se deberá acudir al médico, se recuerda la importancia del calentamiento previo a la actividad física (más importante que en otras situaciones en las que tampoco se ha de olvidar el calentamiento).
• Obesidad
La obesidad afecta a un gran número de niños en el mundo y la actividad física ayuda a reducirla mediante la quema de calorías. El ejercicio también contribuye a tonificar la musculatura y mejorar la autoestima.
No obstante, en casos extremos de obesidad, antes de iniciar la actividad conviene bajar el peso con una dieta hipocalórica, la cual, estará controlada bajo supervisión médica.