Durante el embarazo, la mayoría de las mujeres se ven envueltas en una serie de síntomas muy comunes a todas, como son las náuseas, la acidez, el estreñimiento y la aerofagia, debido a los cambios hormonales y físicos que se producen en sus cuerpos.
Si es tu caso, para sobrellevar mejor estos síntomas, te aconsejamos que lleves durante el embarazo una dieta saludable sin llegar a obsesionarte con el peso que puedas llegar a coger, ya que lo habitual es un aumento de entre 10 y 20 kg, dependiendo de cada mujer.
La típica frase que puedes oír de que ahora en tu estado tienes que “comer por dos”, queda muy atrás hoy en día, ya que esto es totalmente falso. Debes comer alimentos que te proporcionen tanto las calorías como los minerales que necesita tu bebé para crecer sano, evitando aquellos alimentos que no le proporcionen los nutrientes precisos. Lo idóneo es que añadas a tu dieta unas 300 calorías más por día, sobre todo durante el segundo y el tercer trimestre.
Para prevenir enfermedades que puedan afectarte durante el embarazo, es recomendable evitar los platos no cocinados, como el sushi, o los quesos blandos, como el queso fresco, ya que contienen bacterias que podrían provocarte listeriosis.
También debes evitar los embutidos, como el chorizo o el jamón serrano, así como las carnes crudas o poco hechas, que podrían causarte toxoplasmosis.
Cuando prepares vegetales frescos, debes lavarlos a conciencia, ya que pueden contener bacterias que podrían provocarte salmonella y otras infecciones.
Evita los alimentos grasos, como son las frituras, algunas salsas, carnes grasas, la bollería y los productos de pastelería. Sustituye estos alimentos por salsas más ligeras, carnes magras como el lomo, el solomillo de cerdo, el filete y el solomillo de ternera, aves sin piel y conejo.
Es recomendable también, eliminar las salsas picantes, las cuales, te perjudicarán a la hora de hacer la digestión.
Incluye en tu dieta pescados blancos, como el lenguado o la merluza, y semigrasos, como la trucha, ya que son más fáciles de digerir que la carne, si son cocinados en el horno o a la plancha.
Rehúye la cafeína, y sobre todo, el alcohol, ya que podrían provocar algún tipo de malformación o desnutrición en tu bebé, llegando incluso, en algunas ocasiones, a provocar un aborto. Cambia este tipo de bebidas por algunas más saludables como son la leche desnatada, el zumo de fruta natural o el agua (necesarios 2 litros diarios).
Por último, recordarte que no debes obsesionarte con el peso, tanto si aumentas como si no, y bajo ningún concepto, debes hacer dietas de adelgazamiento durante el embarazo, ya que te provocarían un déficit de minerales (hierro, ácido fólico, calcio, etc…), necesarios para el crecimiento y desarrollo de tu bebé.