Expertos en educación y profesionales de la veterinaria consideran que tener una mascota en casa cuando hay niños pequeños tiene muchos beneficios. Son un vehículo importante para adquirir conocimientos sobre la vida, la muerte, la sexualidad, el cuidado, la higiene y sobre la protección de la naturaleza. También son un apoyo para transmitir valores educativos.
Interacción entre niños y mascotas
La interacción entre niños y mascotas se refleja en diferentes etapas. Entre los 2 y los 3 años son poco delicados: las empujan, las agarran... Entre los 3 y los 4 años tienden más a acariciar a los animales y entre los 5 y los 6 años los abrazan, estrujan y cuidan de ellos. Es una relación paralela a la relación que pueden establecer con sus hermanos padres y compañeros de clase. Son relaciones que se dan al mismo tiempo, y no sustituyen a la relación con personas. Según los expertos las mascotas tiene beneficios psicológicos: aumenta las capacidades sociales para el futuro, mejora la capacidad para ser responsables de otra persona, ser empáticos y estructurar conductas.
Beneficios de tener una mascota
En cuanto al perro, facilita conocer la expresividad, la lealtad, la fidelidad, la adaptación a las normas de la familia y de la convivencia. Los gatos transmiten su capacidad de autonomía e independencia y enseña a los niños a ser observadores y precavidos. Ayudan a disminuir el estrés y ayuda a ser menos agresivos. Tanto los perros como los gatos mejoran la autoestima de los niños al sentirse queridos y considerados. Además, les ayuda a cumplir pequeñas obligaciones como la alimentación, la higiene, los paseos...con lo que esto comporta de actividad física, horarios y relaciones sociales y les aporta seguridad cuando los padres están ausentes.
Por otra parte todas estas actividades invitan a los niños a emular la función cuidadora de sus padres. También contribuyen a la formación en aspectos fundamentales como la vida, la muerte, el nacimiento, la maternidad, la sexualidad.
Necesidades educativas especiales
Por otra parte no podemos dejar de mencionar las posibilidades educativas de los animales para niños con discapacidades físicas o psíquicas. Hoy en día existen centros especializados en realizar terapias asistidas con caballos o con delfines para niños con autismo, síndrome de Asperger, hiperactividad u otras discapacidades. Los niños disfrutan mucho y sus padres encuentran que sus hijos especiales pueden realizar actividades diferentes mejorando sus capacidades.