Pueden ser ellos y ellas quienes cuiden a nuestros hijos durante unas horas al día o una noche. Puede ser un familiar, una vecina, una amiga... El caso de que siempre deberemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para que sea una experiencia sin sorpresas, partiendo de la base de que quien cuida a nuestros hijos en nuestra ausencia es de nuestra confianza.
Preparar el momento
Los niños se toman su tiempo antes de dormir en otra casa, incluso la de los tíos o los abuelos. A medida que vaya tratándoles se sentirá en un clima de seguridad y podremos dejarle con nuestros familiares cuando tengamos que salir una noche y no podamos dejar solos en casa a los niños.
Antes de dejar a los peques con la canguro, ya sea una amiga, una profesional de confianza o un familiar, deberemos preparar la excursión que harán nuestros peques o la visita de la canguro. Les explicaremos con antelación cuál es el plan, quién se va a quedar con ellos, durante cuánto tiempo y cuándo iremos a buscarles o llegaremos a casa. Es importante dar un marco de seguridad a los niños. Además, antes de salir, si podemos, charlaremos un rato todos juntos recordando qué es lo que vamos a hacer y cuándo vamos a regresar.
Ayudar a cuidar
Para facilitar las cosas, también procuraremos dejar comida o cena preparada y algunos juguetes dispuestos. Y debemos recordar a quien cuide de los peques las pautas que habitualmente sigue nuestro hijo: a qué hora se acuesta normalmente, si debe tomar una medicina, a qué le gusta más jugar, si tiene miedo o se asusta por la noche qué recomendaciones seguir...
Es muy recomendable que todas las indicaciones se dejen por escrito, incluso si se trata de un familiar muy cercano y tengamos plena confianza. En caso de que haya dudas o alguien no recuerde la dosis de una medicina, recurrir al papel escrito siempre da seguridad. En cualquier caso, es mejor que siempre habrá un teléfono móvil a mano para estar en contacto en caso de imprevisto.