El aprendizaje temprano es el concepto que está, hoy en día, en boca de padres y madres como una especie de mandamiento imposible de quebrantar, y que se ha hecho eco tanto en los medios como en las grandes y pequeñas empresas que comercializan todo tipo de productos para niños.
Cierto es que todo lo que reciba un niño en sus primeros años de vida será clave para su futuro desarrollo y su desempeño como individuo, sin embargo, las modas, las presiones sociales o las propias frustraciones provocan que los padres deseen moldear a sus hijos para que logren destacar por encima del resto, ejerciendo sobre ellos una excesiva presión para poder estimularlos tempranamente, pues de ello dependerá que sus hijos sean más o menos inteligentes.
No obstante, el aprendizaje temprano se trata de reconocer y motivar el potencial de cada niño en particular, independientemente del que sea, y darle a conocer actividades adecuadas que fortalezcan su autoestima y su estimulación cognitiva. En este caso, lejos debe quedar el objetivo de forzar su desarrollo y obligarlo a cumplir “metas” u “objetivos” para los cuales no está preparado.
Ése es, por ejemplo, uno de los mitos del aprendizaje temprano, el cual, por desconocimiento, suele tomarse por verdad, y no es el único, veamos a continuación algunos de los falsos mitos y verdades sobre el aprendizaje temprano.
• No vale para todos los niños
El aprendizaje temprano beneficia a todo tipo de niños, ya que cada individuo posee su propio potencial, y dicho método busca únicamente detectarlo y desarrollarlo, por lo que puede ser aplicado a cualquier niño.
• Únicamente busca que los niños se conviertan en “genios”
El aprendizaje temprano no tiene como objetivo crear niños genios, sino potenciar el desarrollo de sus capacidades a través de la realización de actividades y juegos, aplicando los métodos adecuados.
Los niños estimulados de forma temprana no tienen por qué ser genios, pero seguramente tendrán una ventaja cualitativa ante el aprendizaje futuro en la escuela.
• Fomenta la hiperactividad
Los niños sometidos a un aprendizaje temprano no se vuelven más hiperactivos ni presentan otro tipo de trastornos en su comportamiento. El movimiento y el juego son formas de explorar y aprender sobre el entorno que les rodea y sobre sí mismos, y para ello, es necesario que utilicen su propio cuerpo como principal herramienta de exploración.
En este caso, el aprendizaje temprano le proporciona al niño la oportunidad de probar sus destrezas y habilidades, desarrollando al mismo tiempo su amor por el aprendizaje.