Son muchos los padres los que optan por reutilizar la silla de seguridad del bebé en el coche, ya sea porque ha llegado otro miembro más a su familia o bien porque se la han pedido prestada o se la han dejado a algún amigo.
Sin embargo, los expertos desaconsejan totalmente esta práctica, ya que puede conllevar peligros para el bebé, dado que se ha demostrado que en los sistemas de retención infantil:
• Los materiales plásticos se degradan con el tiempo
En la mayoría de los casos las sillas de seguridad infantil están fabricadas con materiales plásticos casi en su totalidad, debido a que ofrecen una respuesta adecuada en cuanto a seguridad se refiere. A pesar de ello, esos materiales pueden sufrir un desgaste causado por la exposición prolongada a la luz solar, las altas temperaturas o la humedad, provocando que la respuesta de la silla no sea la misma ante un impacto.
• El arnés se desgasta
El arnés de la sillita de seguridad puede deteriorarse con el paso del tiempo, así como al contacto con otros materiales metálicos como pueden ser cremalleras o botones. Del mismo modo, la propia limpieza de la sillita con ciertos productos podría favorecer su deterioro, causando que éste dejara de tener la misma efectividad ante un impacto.
• Puede que no cumpla la homologación vigente
Es fundamental que la silla que se emplee para la seguridad del niño en el coche cumpla con la normativa de seguridad vigente. Actualmente, la homologación de estas sillas permitida es la R44/04, quedando las anteriores versiones descatalogadas y prohibidas.
• Los avances de seguridad evolucionan con el tiempo
Cada año, salen al mercado nuevas sillas de seguridad infantil empleando en ellas los últimos avances en cuanto a seguridad se refiere. En este sentido, las nuevas sillas muestras unos materiales más resistentes, nuevos anclajes que permiten una correcta instalación, sistemas de absorción de energía, etc… Algo que proporciona una seguridad garantizada.
• No proporciona la misma protección después de un accidente
Después de un golpe, la silla de seguridad infantil puede sufrir algunos desperfectos aunque no se puedan observar a simple vista, lo que provocará que ésta no pueda garantizar la misma seguridad que al principio. Por ello, los expertos aconsejan cambiar la silla de seguridad cuando se haya sufrido un accidente a una velocidad superior a 15 km/h.