Los recién nacidos suelen presentar pequeñas anomalías durante los primeros días de vida que son totalmente normales y naturales, y que al poco tiempo se corrigen solas. Algunos de estos casos pueden ser la alteración en el color de su piel, pequeños hematomas, que su cabeza tenga una forma extraña, etc…
Por ello, y para evitar una preocupación excesiva en los nuevos padres, lo mejor será conocer cuáles son las anomalías más comunes que pueden darse en los bebés nada más nacer, las causas que las provocan y cuáles son sus síntomas.
• Labios, manos y pies azulados
El color azulado que presenta la piel en estas zonas está vinculado a la circulación del recién nacido, la cual, es más lenta de lo normal debido a que el sistema de regulación de temperatura del niño en las primeras horas de vida no funciona correctamente.
En este caso no es necesario hacer nada, sólo mantener caliente al pequeño, ya que trascurridas unas horas, la circulación se activará correctamente y la piel adquirirá la tonalidad rosada propia de los bebés.
• La piel presenta un color amarillento
En este caso, estamos hablando de ictericia fisiológica, la cual, es causada por la destrucción de los glóbulos rojos fetales para sustituirlos por unos nuevos adecuados a la vida extrauterina.
Esta anomalía es tratada en el propio hospital antes de dar el alta al pequeño, mediante fototerapia, la cual, consiste en dar baños de luz al bebé en unas cunas especiales.
• Sus ojos lagrimean constantemente
Este fenómeno es debido al estrechamiento que se produce en los canales lácrimo-nasales, los cuales, son los encargados de drenar las lágrimas hacia la nariz.
Por lo general, esta obstrucción se soluciona sola en los primeros meses de vida, aunque se puede favorecer efectuando masajes suaves en la base de la nariz, dos o tres veces al día. De igual modo, será muy importante mantener su nariz completamente limpia, empleando una solución fisiológica para tal fin.
• Forma irregular en su cabeza
Que el recién nacido presente esta anomalía es completamente normal, ya que tanto la irregularidad en su cabeza como los posibles hematomas que pudiera presentar son provocados cuando el bebé desciende por el canal del parto.
En este caso, en la mayoría de los bebés, no hará falta hacer nada, ya que en pocos días su cabecita volverá a su forma normal, y los pequeños hematomas, se reabsorberán rápidamente, aunque en algunos casos, pueden tardar hasta unos meses después del nacimiento.