A pesar de que la fiebre, en la mayoría de los casos, es considerada como algo malo, ya que su función es la de avisar que algo no marcha bien dentro del organismo, en algunas ocasiones ésta puede ser beneficiosa para quien la padece.
Para conocer si alguien tiene fiebre, bastará con tomarle la temperatura, teniendo en cuenta que no todos los cuerpos presentan la misma temperatura corporal, estimándose aquella normal hasta los 37oC. A pesar de ello, una temperatura entre los 37 y 38oC, se considera febrícula, entre los 38 y los 40oC ya es fiebre, y hablamos de fiebre alta cuando la temperatura pasa de los 40oC.
La fiebre suele presentarse como una reacción que ordena el sistema nervioso central ante una amenaza, normalmente cuando existe una infección de tipo vírica o bacteriana, pero también puede darse el caso de que la fiebre haga aparición en otro tipo de enfermedades sin que exista una infección de por medio.
Y es que la fiebre no siempre es algo malo, ya que puede reportar beneficios al organismo. Cuando hay una elevación moderada de la temperatura corporal, existe una mayor producción de anticuerpos, aumentando así las defensas del sistema inmunológico. Del mismo modo, se debilitan ciertos microorganismos que no se reproducen bien con temperaturas elevadas.
Otros motivos que justifican no bajar la fiebre, es que ciertas enfermedades infecciosas y de origen vírico transcurren mejor con ella. Además, la eliminación de la fiebre puede enmascarar determinas enfermedades, provocando que su diagnóstico no se realice a tiempo. A este respecto, la utilización de medicamentos antitérmicos puede presentar efectos secundarios, en el caso del paracetamol, éste se considera un tóxico hepático, y en el del ibuprofeno, puede causar trastornos gastrointestinales.
Ahora bien esto no quiere decir que cuando nuestro bebé presente fiebre debemos dejarlo sin tratársela, ya que en ciertos casos puede ser peligrosa. Se debería bajar la fiebre si ésta provoca malestar en el niño, si presenta una temperatura de 40oC o más, y si padece enfermedades neurológicas, cardiacas o respiratorias. De igual modo, se deberá bajar la fiebre rápidamente si el bebé presenta convulsiones febriles.
En estos casos, se recomienda bajar la fiebre empleando métodos naturales y no acudir de primera mano a los medicamentos antitérmicos. Para ello, bastará con tener al niño con poca ropa y bien hidratado, darle baños con agua tibia, donde la temperatura del agua no supere a la del niño, y ponerle paños de agua templada o fría en la frente, nuca y extremidades.