Una de las prácticas más conocidas en el cuidado del bebé es sacarle el aire después de haberle dado el pecho. Si bien el eructo en el bebé no es algo imprescindible, muchos necesitan expulsar el aire que han ingerido al tomar la leche.
El propio bebé dirá si es necesario que le ayudemos a expulsar el aire, ya que si ha terminado de tomar el pecho y no se muestra tranquilo, moviendo los brazos y las piernas rápidamente, quiere decir que algo le molesta, es decir, necesita sacar el aire que ha tragado durante la succión. Este hecho suele ocurrir con más frecuencia en los bebés que se alimentan rápidamente y que muestran un gran apetito.
Existen diferentes maneras de ayudar al bebé a que expulse el aire, siendo interesante conocer varias por si alguna de ellas es más efectiva en nuestro bebé.
• Apoyado en nuestro hombro
Ésta es la opción más común que se suele emplear durante los primeros meses de vida. Para su correcta realización se ha de mantener al bebé con la espalda erguida, apoyando su barriguita en nuestro pecho y la cabeza sobre nuestro hombro.
• Darle un golpecito en la espalda
Si con la posición anterior aún le cuesta eructar, se le puede cambiar de posición, sentándolo sobre nuestras piernas e inclinándolo ligeramente hacia adelante sujetándolo con la mano derecha, mientras se le dan unos golpecitos suaves en su espalda con la mano izquierda.
• Tendido boca abajo sobre nuestras piernas
Otra posición que ayudará a que el niño expulse el aire es poniéndolo boca abajo sobre nuestras piernas, asegurándonos de que su cabeza queda apoyada en uno de nuestros muslos. En este caso, colocaremos nuestra mano izquierda sobre su culito, y con la mano derecha le haremos un masaje firme pero suave sobre su espalda, realizando movimientos lentos y regulares.
• Sentado sobre nuestras rodillas
Esta posición puede realizarse cuando el bebé ya consiga mantener la espalda erguida sin mucho esfuerzo. Una vez haya terminado de tomar el pecho, se le sentará sobre nuestras rodillas dejando que sus pies apoyen en nuestro pecho y sujetándolo por debajo de las axilas se le inclinará un poco hacia atrás. Esta postura se ha de mantener durante unos segundos.
Es posible que el bebé necesite de una pausa mientras hace la toma, ya que en ocasiones algunos bebés la necesitan para eructar y comenzar a digerir la leche. En este caso, bastará con mantenerle sentado sobre nuestras rodillas durante un par de minutos antes de volver a darle el pecho.