Actualmente se conocen seis grupos de Rotavirus diferentes, de entre los cuales, sólo tres se han detectado en humanos. De entre esos tres, el Rotavirus del tipo A es uno de los principales causantes de infecciones tanto en humanos como en animales, provocando en la mayoría de los casos diarrea grave en niños menores de 2 años de edad.

Lo más habitual es que los bebés padezcan de dos a tres infecciones por este tipo de virus durante los primeros años de vida, debido principalmente a su alta contagiosidad, mostrando un periodo de incubación de uno a tres días.

Cuando el niño ha sufrido su primera infección, adquiere cierta inmunidad, la cual, no será duradera, con lo que puede volver a contagiarse del mismo virus. Sin embargo, la primera infección sí que le protegerá de sufrir nuevos cuadros de diarrea grave en futuras recaídas, consiguiendo que después de ésta, la protección ante la gravedad de la diarrea en una segunda infección se establezca en un 87% y en un 100% después de dos infecciones sucesivas.

• Síntomas principales del Rotavirus

Durante los tres primeros meses de vida, las infecciones que el bebé pueda padecer no suelen venir acompañadas de síntomas, debido, principalmente, a la protección que éste ha recibido de la madre a través de la placenta y posteriormente de la leche materna. Será a partir de esta edad cuando el bebé presente síntomas si padece algún tipo de infección.

Los principales síntomas que causa el Rotavirus suelen cursar de una manera brusca cuando la infección se inicia, y donde los vómitos, la fiebre y la diarrea son los protagonistas.

Por norma general, los vómitos suelen ceder al segundo o tercer día del contagio y la diarrea no desaparecerá hasta el quinto o séptimo día. Ésta suele presentarse de manera abundante y frecuente, caracterizándose por deposiciones acuosas.

• Tratamiento del Rotavirus

Desgraciadamente no existe un tratamiento específico que elimine este virus del organismo una vez se haya producido la infección, aunque sí que existen métodos de prevención, como lo es la vacuna.

Al no existir un tratamiento, se han de destinar cuidados para que el periodo en el que se produzca la infección sea lo más cómodo posible para el niño y, de este modo, su organismo no sufra en exceso, por lo que será fundamental ofrecerle bebidas que lo rehidraten, las cuales, han de estar dirigidas a la reposición de líquidos y sales minerales perdidas a causa de los vómitos y la diarrea.