Los videojuegos siempre han sido uno de los entretenimientos de los pequeños y no tan pequeños. Actualmente se encuentran en casi todas las casas, pero pueden llegar a ser causa de un verdadero problema, la adicción.

Si un joven dedica demasiado tiempo a los videojuegos, su ritmo de vida puede verse alterado. Es por ello que debemos ir con mucho cuidado cuando veamos que nuestro hijo dedica demasiado tiempo a este tipo de ocio. 

En la mayoría de casos, la soledad es uno de los detonantes a la hora de crearse la adicción a los videojuegos. Un elemento que destaca es el hecho de sufrir bullying o la ausencia de amistades, cosa que provoca que el tiempo libre no se dedique a pasar tiempo con los amigos.

Incluso esta situación puede ser un agravante ya que el niño puede encontrar en los videojuegos una forma de evasión o un mundo donde encontrarse realmente cómodo.

Esta satisfacción que tiene el niño al jugar videojuegos puede llegar a hacer más notable esta dependencia y alterar su día a día e incluso su ritmo escolar.

Pero… ¿Cómo podemos prevenir esta adicción? El primer paso es intentar que nuestro hijo cree relaciones dentro del colegio y consiga tener un círculo social con quién pasar ratos. Por otro lado, también podemos proponer alternativas sanas en familia, como por ejemplo ir a dar un paseo en familia o practicar algún deporte.

Lo mejor es conocer los gustos de nuestros hijos, incluso en los videojuegos, para saber qué actividades le pueden interesar. Por ejemplo, si le gustan los juegos de acción y aventuras…podemos proponerle ver una película en el cine.

Lo importante es conseguir que nuestro hijo se divierta de otros modos y no vea en los videojuegos el único elemento de entretenimiento.