El dolor de cabeza infantil por lo general es del mismo tipo que el dolor de cabeza de los adultos. Lo general es que sean de breve duración y estar provocado por causas simples Pero en otras ocasiones duran más y van acompañados de otros síntomas.
Las causas pueden ser variadas y de distinta gravedad, los padres deberán aprender a distinguir cuando un dolor de cabeza es solo algo pasajero de cuando puede ser algo más. Deben saber además que puede ser hereditario.
Posibles causas
Entre las causas del dolor de cabeza de los niños pueden estar algunos medicamentos que originan este efecto secundario. También puede estar causado por un tiempo de sueño insuficiente, a la deshidratación, haber jugado a pleno sol, un golpe en la cabeza, pasar por un momento de estrés, ver la tele o usar el ordenador durante más tiempo del recomendable, un viaje largo o tener fiebre. La causa también puede ser algunas infecciones, de oído, gripe, o la faringitis. Los especialistas tienden a afirmar que la mayoría de dolores de cabeza no indican una dolencia grave, y solo el 10% de los dolores de cabeza indican otras enfermedades.
Algunos consejos
Para comprobar si ha subido la temperatura de nuestro hijo y esto pueda ser indicativo de alguna infección, usemos siempre el termómetro. La fiebre se da cuando la temperatura axilar pasa de los 37,4º. En ese caso deberemos mantener una temperatura ambiente agradable, no poner mucha ropa al niño, tomar líquidos y antitérmicos. Los baños y las compresas húmedas con agua templada, no fría, ayudan a bajar la fiebre. Deberemos acudir al médico si el niño ha tenido una convulsión, vomite y respira con dificultad y si la temperatura pasa de los 40º o presenta manchas en la piel. En cualquier caso los padres deben recordar que no deben medicar al niño sin preguntar al pediatra.
Puede que el dolor de cabeza esté causado por una falta de sueño. Es importante recordar que los niños necesitan dedicar más tiempo al sueño. Los niños de más de 4 años y en etapa escolar deben dedicar al sueño entre 8 y 10 horas. Además del tiempo, fijémonos en la calidad del sueño: si ha tenido pesadillas, se ha desvelado a media noche, o se ha despertado antes de tiempo por nervios o estrés.
