Una dieta equilibrada es indispensable para los niños. Lo mejor es educarles desde pequeños en llevar una alimentación variada y completa, de esta manera nos aseguraremos de su buen hábito alimenticio cuando se hagan mayores. Es importante repartir de manera equilibrada las calorías que ingieren a lo largo del día, y lo ideal es repartirlas en cinco comidas diarias.
Desayuno
Tiene que comprender el 25% de las calorías del día. Parece mucho, pero tenemos que tener en cuenta que el desayuno es una de las comidas más importantes. Es necesario que el niño tenga la energía y fuerza necesaria para empezar bien el día. De tal manera, que nada de darles un vaso de leche y listo. Debe estar compuesto de lácteos, cereales y fruta.
Tentempié
Desde el desayuno hasta la comida pasan unas cuantas horas, los niños gastan mucha energía, por lo que es aconsejable que en ese intervalo de tiempo entre las dos comidas, se tomen un pequeño bocadillo o una pieza de fruta. Hay que evitar cualquier pieza de bollería.
Almuerzo
Eestamos ante la comida principal del día, es la que aporta más energía y proteínas al cuerpo. Por ello debe recoger el 30-35% de las calorías del día. Un buen almuerzo puede contar de tres platos:
- Un primero, que pueden ser verduras o legumbres.
- Un segundo plato de carne o pescado.
- El postre, que será una pieza fruta o un lácteo, como un yogur.
Esta comida la podemos acompañar con un pedazo de pan y la bebida que debemos darle es agua, nada de refrescos.
Merienda
Podríamos decir que la merienda es el tentempié de la tarde. Debe suponer el 15% de las calorías del día, por lo que una pieza de fruta o un bocadillo serán suficientes. Es cierto que en ocasiones les damos una pieza de bollería; no pasa nada si lo hacemos de vez cuando, lo que no es aconsejable es que, por rutina, siempre en las meriendas les demos un bollo o una pasta.
Cena
Terminamos el día con esta comida, que recogerá un 25-30% de calorías. Es bueno que conste de alimentos ligeros, ya sea una ensalada, unas verduras, pescado o huevos, así evitaremos la pesadez en el estómago a la hora de irse a la cama.