Entendemos como agresividad cualquier tipo de maltrato físico (puñetazos, patadas) o psicológico (insultos, menosprecios...). Uno de los comportamientos que más pueden temer los padres, es cuando sus hijos se muestren agresivos.
A la edad de los diecisiete meses, es cuando empiezan los primeros comportamientos agresivos, aunque hay que decir, que es biología pura, son conductas heredadas por nuestra especie, cuando aún luchaba por su supervivencia. Por ello, es normal que pase, tranquilos, es una fase transitoria. El problema viene cuando no pasa, sino que perdura.
Además, como sabéis, los niños a esa edad empiezan a adquirir autonomía, dependiendo menos de los padres, por lo que hay que frenar esta conducta. En la mayoría de los casos, vosotros mismos, podéis inculcarle las normas adecuadas y enseñarle que cualquier comportamiento agresivo es malo e inadmisible y nunca jamás tendrá recompensa alguna. Aunque si la situación os supera no dudéis en acudir a algún especialista.
En cuanto a las pautas para erradicar podéis hacer lo siguiente:
• Como acabamos de ver, nunca elogiar ni reforzar esta conducta.
• Es bueno sentaros para hablar con él y explicarles, tranquilamente, lo que trae la violencia y la agresividad
• Tenéis que adoptar medidas, no violentas, pero si que vean que actuar de esta determinada manera tiene consecuencias, podéis quitarle alguno de sus privilegios, como la televisión.
• Y por supuesto, predicar con el ejemplo, que no vean en vosotros ningún atisbo de agresividad, pues los niños ven en las figuras paternas y maternas un espejo en el que fijarse.