Uno de cada 10 estudiantes admite que ha sido víctima de acoso, un tercio reconoce haber agredido físicamente a otro compañero en los últimos dos meses y la mitad admite haber insultado, según el estudio que ha realizado Save The Children sobre el bullying y el ciberbullying en España gracias a entrevistas realizadas a 21.487 alumnos de secundaria de 12 y 16 años.
El estudio concreta que para que exista acoso es necesario que haya intencionalidad por parte del agresor, frecuencia de los abusos y desequilibrio entre agresor y víctima. En la mayoría de casos, los acosados aseguraron que les perseguían por “manía” o por su aspecto físico. La mitad señalaron que les habían insultado de forma directa y uno de cada cinco que había sido amenazado.
Ante este auge del acoso en los últimos años, los colegios están estudiando y valorando medidas que puedan prevenir el bullying y que logren hacerlo desaparecer si ya hay algún caso.
Uno de los métodos con más seguidores es el método que nace en Finlandia, un país que ocupa la primera posición en educación superior, educación primaria y formación en el Índice de Competitividad Global (ICG) y que consiguió uno de los primeros puestos en educación en el Informe PISA realizado por la OCDE. Pero a pesar de esos excelentes resultados Finlandia es un país en el que también existe el acoso escolar.
El programa KiVa
Gracias al programa KiVa Finlandia está consiguiendo erradicar el acoso escolar. El método ha sido aplicado en el 90% de las escuelas de educación básica primero en una etapa de experimentación y una vez comprobado su éxito con un amplio estudio aplicándolo en muchas escuelas. Este estudio demostró que gracias al programa KiVa había disminuido todos los tipos de acoso en los institutos y colegios.
Al cabo de un año los investigadores pudieron asegurar que el número de niños y adolescentes que padecían acoso escolar habían disminuido un 41%. Además el programa potenciaba el confort de los alumnos y la motivación de estos a la hora de estudiar, disparándose a través de este modo las buenas calificaciones. El método KiVa ha recibido el Premio Europeo de Prevención del Crimen en 2009, entre otros.
El programa KiVa consiste en no centrarse en la dialéctica de la confrontación entre víctima y acosador sino que se basa en la actuación sobre los alumnos testigos que se ríen de tal situación. Se trata de actuar sobre los “by-standers”, los alumnos que no son ni víctimas ni acosadores para que apoyen a la víctima, en lugar de fomentar el acoso. A veces los otros alumnos interiorizan que lo que pasa es normal incluso divertido, aunque tengan una opinión diferente. Lo que se pretende hacer a través del método es influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en el acoso y el acosador al no sentir su reconocimiento para proseguir con el bullying, dejará de acosar a su compañero.
Aplicar el programa KiVa
En el programa KiVa los estudiantes son instruidos en unas 20 clases a los 7, 10 y 13 años para identificar las diferentes formas de bullying. Hay diez temarios y trabajos que se realizan a lo largo del curso y en donde se enseñan valores morales como la empatía y el respeto por los demás. Se utilizan gran cantidad de recursos como charlas, videojuegos, manuales para el profesorado, vigilancia en el recreo o películas incluso un buzón virtual para denunciar si son testigos o víctimas de acoso escolar.
Además en cada colegio el director tiene que elegir un equipo KiVa integrado por tres adultos que detectan e investigan los casos de acoso escolar.Primero determinan si el acoso es puntual o continuado. Después hablan con la víctima para tranquilizarla y posteriormente con los acosadores para sensibilizarlos y con los testigos, que son la piedra angular del programa.
El ejemplo del éxito de este programa puede ayudar a prevenir y controlar el auge del bullying en los colegios de muchos países. Su aplicación debe venir acompañada de educar a los niños desde la etapa de infantil para no apoyar pasivamente actos de violencia de este tipo.