Información y contenidos para Padres en Dibujos.net
¡La seño me tiene manía!
Educación
2154 Lecturas
0 Comentarios
Atrás
¡La seño me tiene manía!
Compartir en:
   Mensaje enviado correctamente
Enviar por E-mail:
Tu nombre:
Tu e-mail:
Nombre de tu amigo:
E-mail de tu amigo:
Tu mensaje:

Enviar
3.4
(5 votos)
Valora:
    Hoy ya has votado. Espera 24 horas para volver a valorar.

Cuando llega algún suspenso, le llaman la atención en el cole o le han pillado en una trastada, puede que escuchemos de nuestro hijo la frase "la seño me tiene manía". Tendremos que averiguar si es una frase veraz.

Niños revoltosos

Tal vez la causa de que nuestro hijo piense que la seño le tiene manía es porque le ha reñido o llamado la atención. Hemos de saber por qué ha sido así. Si nuestro hijo es inquieto, parlanchín, gasta bromas y le cuesta concentrarse, no podemos extrañarnos de que en el aula mantenga un comportamiento similar. Entonces será normal que la profesora intente que mantenga una buena actitud en clase y, si no, le llame la atención o le imponga un castigo. Hemos de tratar de inculcar en nuestro hijo o hija el sentido de la responsabilidad y transmitirle la idea que sus acciones y actitudes tendrán unas consecuencias si no se porta como debe.

Tal vez nuestro estilo educativo tienda a ser estricto y al no conseguir los resultados esperados, el pequeño estudiante se refugie en esa frase. Así coloca fuera de él mismo las causas de que las cosas no hayan salido como se esperaba y elude la responsabilidad. Es necesario que insistamos en valores como la sinceridad y la honestidad, ayudándole a reconocer, sin cargar las tintas, que no siempre ha hecho el esfuerzo necesario. Al tiempo le recordaremos que le queremos igual aunque no haya sacado las mejores notas. También que no dejaremos de ayudarle a superarse a sí mismo y a que se esfuerce por hacer las cosas bien.

La seño pierde la paciencia

En algunos casos puede ser que el pequeño estudiante tenga algo de razón y la "seño" no haya sabido acertar con nuestro hijo. Hemos de admitir que ha podido perder la paciencia en un momento determinado y que no haya sabido tratarle adecuadamente.

Cuando ocurren estas situaciones, comprensibles por otra parte, los niños se forman su opinión rápidamente y usan poco filtro, por lo que su juicio será casi inapelable. Deberemos hacer un esfuerzo para recomponer la situación hablando con la profesora, escuchando también sus razones. También le explicaremos nuestras preocupaciones y las de nuestro hijo para tratar de encontrar un mejor ambiente en el aula.

COMENTARIOS: