¿Por qué hoy en día se ha promovido este tipo de proyectos? Como bien sabemos, en la actualidad la actualidad no basta pasar a nuestros hijos lo aprendido de nuestros padres y abuelos tal y como se ha hecho hasta ahora. Los tiempos han cambiado con el giganteco y acelerado avance tecnológico y demográfico, así como los modelos de familia y las reformas educativas. Poco o nada se parecen los niños y adolescentes de ahora con los de la generación de los '90. Y las diferencias son más abismales si nos remontamos a generaciones anteriores.

Pero no nos confundamos. Una Escuela de Padres no se basa en ciclos de conferencias ni en consultas, no las dirigen psicólogos o eruditos y no se buscan que los padres asistan pasivamente limitándose a escuchar. Para que una Escuela de Padres pueda ser denominada como tal debe estar relacionada con la comunidad docente, conlleva un compromiso de asistencia e implicacion con los padres que deseen participar y se llevan a cabo bajo una programación y con evaluaciones.

Estas escuelas de Padres y Madres tienen como objetivo poner a los padres al corriente de cómo se comportan y relacionan nuestros hijos hoy en día, los peligros nuevos que han surgido en los últimos años (especialmente con el auge de las redes sociales), los modelos educativos más innovadores...

Las Escuelas de Padres les brindan a los participantes, además, un lugar donde poder compartir experiencias y opiniones. Muchas veces nos encontramos perdidos en nuestro papel de padres; es liberador saber que otros tienen estas mismas inseguridades y se puede aprender de los demás cómo afrontar ciertas situaciones para las que en principio no nos sentimos preparados.

No podemos proteger a nuestros hijos de todo, pero sí podemos estar ahí para mostrarles apoyo cuando pasen por problemas que en otros tiempos o no se daban o no se afrontaban de la misma manera. La comunicación y confianza son las bases más solidad para construir una buena relación y una autoestima sana.