La mayoría de los adultos son capaces de controlar el uso del móvil, sin embargo, para los niños y los adolescentes, este autocontrol puede resultar más complicado de cumplir, lo que en la práctica puede derivar en una adicción, un problema más grave de lo que se puede pensar y que es fundamental evitarlo.

A este respecto, diversos estudios científicos ya han dado la voz de alarma: uno de cada cuatro niños reconoce que se siente angustiado sin su móvil, y hasta un 10% afirman haberse sentido incapacitados para realizar cualquier tarea cuando se les ha castigado sin su móvil.

En este sentido, no hay que olvidar tampoco el gasto económico que puede llegar a suponer una adicción al teléfono móvil, problema que podrá evitarse enseñándole un uso responsable del mismo.

Así pues, los padres deben resistir ser víctimas de las modas y de la insistencia de los hijos, permitiendo la compra de un móvil cuando ellos crean que son lo suficientemente responsables para gestionar su uso de forma responsable, hecho que podrá producirse en niños de diferentes edades, en función, claro está, de la madurez y la personalidad del joven.

• Cuándo y cómo deben emplear el móvil

Veamos a continuación a qué edad puede ser recomendable que el niño disponga de un teléfono móvil propio.

- Entre los 11 y 13 años. A esta edad, los menores carecen de criterio para usar correctamente el móvil, por lo que si no se considera necesario, hay que evitar que tengan uno propio, haciendo uso del móvil familiar, de modo que se consiga controlar el tiempo de uso y el uso en sí mismo.

- Entre los 13 y los 16 años. A partir de los 13 años comienza una edad complicada, ya que el adolescente sabe cómo utilizar todas las posibilidades del teléfono y puede caer en el riesgo de la adicción. En este caso, los padres deberán consensuar con el menor, aspectos como el gasto y el tiempo de uso.

Así pues, no se recomienda comprar un móvil antes de los 12 años, siendo la edad recomendable para hacerlo entre los 14 y los 16 años, momento evolutivo que coincide con el inicio de la etapa social por excelencia.

No obstante, como ya hemos mencionado anteriormente, se deberá controlar tanto el uso como el gasto, haciéndole responsable económico del gasto, de este modo, se conseguirá concienciarle de la responsabilidad que supone disponer de un teléfono móvil.