Desde el año 2009 ha crecido de forma alarmante la violencia de género entre menores de entre 13 y 16 años en España, destacando este crecimiento en las comunidades de Andalucía, Madrid y Valencia. Una gran cantidad de varones de entre 14 y 18 años admite ejercer violencia psicológica con sus parejas.
Además, se ha comprobado un aumento de valores anticuados entre la población más joven, como que “el sitio de la mujer está en su casa con sus hijos y su marido”.
La práctica más en auge de maltrato es la relacionada con las redes sociales y el sexting (envío de contenido sexual), que ofrecen un gran abanico de chantajes: control sobre la localización, conversaciones, contenido multimedia…
¿Os suenan las frases “¿por qué estabas en línea hasta tan tarde?” “¿quién ese ese tío que le ha dado a like a tu foto en Facebook?” “¿quién te está escribiendo ahora?”…? Pues estas frases son peligrosamente comunes entre los adolescentes. Incluso han aparecido apps de rastreo, como Cerberus, que aunque son ilegales son muy fáciles de instalar.
Las chicas cada vez despiertan y reaccionan antes, de ahí el aumento de las denuncias entre menores. Pero muchas, a tan temprana edad, aún no son conscientes del peligro de estos abusos. La mayoría ni siquiera denuncian como “violencia de género”, sino por problemas en el colegio. La educación que reciban en casa es muy importante en el desarrollo social y psicológico de un niño. Debemos enseñar a nuestros hijos el respeto, que el maltrato en cualquiera de sus formas es un acto repugnante y que nunca deben permitirlo ni guardar silencio.
Igual de importante es educarlos en el uso de los Smartphones y las redes sociales. Todo lo que se suba a la red y todo lo que se envíe a través de apps de mensajería instantánea permanece para siempre y puede traer consecuencias, si bien no inmediatamente, a la larga. Deben ser conscientes de esto para evitar futuros chantajes, porque no se puede confiar en alguien completamente.