A veces aunque desde pequeños intentamos que nuestros hijos sigan el mejor rumbo, se pueden convertir en la adolescencia verdaderos desconocidos. Últimamente aumentan las consultas de los padres que sienten que sus hijos se han convertido poco a poco en auténticos tiranos.
Suelen ser adolescentes entre 12 y 17 años que se convierten poco a poco en los jefes de la casa. Si no se pide pronto ayuda a los especialistas, estos hijos pueden incluso llegar a maltratar a los padres.
El hijo tirano
Cada es más frecuente que muchos padres acudan a especialistas para explicar que su hijo les trata mal. Este trastorno se conoce como el síndrome del emperador o del pequeño dictador o tirano.
El pequeño tirano suele tener las siguientes características:
1. Es hijo único.
2. Suele ser un varón de 11 a 17 años aunque puede ser más pequeño.
3. Pertenece a la clase media alta.
Su comportamiento suele ser agresivo hacia los padres porque no respetan sus normas. Normalmente tienen una baja tolerancia a la frustración, empatía y autoestima.
Suelen ser chicos que son egocéntricos, están muy centrados en sí mismos y creen que son el centro del mundo. Son chicos que siempre están pidiendo cosas desde pequeños y cuando las consiguen vuelven a querer otra cosa.
Cuando se equivocan buscan las justificaciones de sus conductas en el exterior y culpan a los demás de lo que hacen. Normalmente esperan que sean los otros quienes les solucionen sus problemas.
Piden a sus padres hasta el extremo de la exigencia. Una vez conseguido, muestran su insatisfacción y vuelven a querer más cosas. Su descontento lo expresan con rabietas, ataques de ira, insultos o incluso violencia.
Causas de este comportamiento
Los padres que se encuentran con esta conflictiva situación en la familia suelen pensar que ha sido culpa suya y se preguntan una y otra vez qué ha podido ocurrir o en qué han fallado. Puede surgir en cualquier familia y con unos hijos sí y con otro no, por lo que los padres no pueden culpabilizarse pero tienen que pedir pronto ayuda.
Los especialistas señalan causas genéticas, familiares y ambientales. Suele ocurrir cuando se dan los siguientes factores:
1. Sobreprotección por parte de los padres.
2. Ausencia de autoridad y permisividad.
3. Falta de elementos afectivos en la familia.
También puede influir el ambiente en que viven los niños ya que se crían en una sociedad consumista e individualista. Además puede existir una predisposición genética de carácter que explicaría por qué dentro de la misma familia, y en las mismas condiciones, solo se ve afectado un miembro.
Los niños tiranos tienen una gran dificultad para reconocer su culpa y mostrar un arrepentimiento sincero por las malas acciones. Estos niños además no son capaces de aprender de los errores ni de los castigos. Suelen mostrar conductas desafiantes y decir mentiras habitualmente.
Es muy importante detectar ese trastorno cuando antes en el niño porque con un adecuado tratamiento psicoeducativo se puede remediar. No solo tendrán que participar en el tratamiento los padres y el niño, sino también los demás miembros de la familia. Una rápida actuación y un tratamiento coordinado pueden lograr mejorar la situación.