La adolescencia trae consigo muchos cambios en los jóvenes, desde aquellos propios de la edad, hasta los cambios que ellos mismos desean llevar a cabo sobre su cuerpo como parte del desarrollo de su personalidad, como por ejemplo, hacerse un piercing.

El piercing no es más que una perforación que se realiza en la piel para colocar un anillo o un adorno, pero que a diferencia de los agujeros tradicionales para pendientes de la mujeres, el piercing se realiza no sólo en la oreja, sino también en otras muchas partes del cuerpo (labio, ceja, pecho, etc).

• Cómo actuar ante esta situación

La respuesta a esta pregunta es complicada, ya que nadie puede decir "sí o no" de forma categórica, debido a que cada familia tiene sus propios valores y su grado de tolerancia.

Sin embargo, es necesario recordar que el piercing resulta menos conflictivo que un tatuaje normal, ya que tiene la opción de eliminarse muy fácilmente si nuestro hijo se canse de él o accede a algún trabajo en el que no esté bien visto.

Así pues, expertos de la Asociación Española de Pediatría recomiendan no prohibir al adolescente que se haga el piercing, pues esto puede provocar efectos contraproducentes (que lo haga de todos modos, pero a escondidas y, quizá, no en un lugar adecuado). Por esta razón, lo mejor es dialogar con nuestro hijo para encontrar una opción que agrade, de algún modo, a todas las partes.

Por ejemplo, podemos negociar la localización y el tamaño del piercing, dejarlo como premio si alcanza determinados requisitos (sacar buenas notas o colaborar más en casa), o bien, hacer que nuestro hijo valore el trabajo y la responsabilidad dejando que sea él el que ahorre para pagárselo.

Todos estos acuerdos dependerán de los valores que tenga cada familia, aunque aun así hay uno que debe ser priorizado por encima del resto: la comunicación entre padres e hijo.

• Dónde realizar el piercing

Lo más aconsejable es acudir a un profesional que realice la perforación en las condiciones de higiene más adecuadas, es decir, que lave bien la piel con agua y jabón y la desinfecte con antiséptico.

• Posibles complicaciones del piercing

Aunque depende del tipo de piercing y del lugar en el que se vaya a poner, por norma general las complicaciones más comunes asociadas a los piercings son locales: infecciones producidas por no mantener una higiene adecuada en la herida.

También es posible que el cuerpo rechace el piercing, de modo que se produce una reacción inflamatoria intensa que requiere la retirada del adorno.

A veces también es posible que se produzcan cicatrices grandes y abultadas que conllevan problemas estéticos, llegando a requerir cirugía si se quieren eliminar.