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Vamos a ser sinceros
Familia
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Vamos a ser sinceros
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La sinceridad es una virtud que nos gustaría ver en nuestros hijos, especialmente para que no nos mientan. Pero no es solo una virtud para vivir en casa, sino que es una actitud ante la vida y ante los demás. La sinceridad, y no el engaño, genera confianza entre las personas. En primer lugar en nuestra familia. Pero hay niños que dicen mentiras, algunos de forma continua, con lo que esto puede reportar para la convivencia familiar y para ellos mismos.

Cuando dicen mentiras

Los niños empiezan a decir mentiras para evitar malas respuestas y riñas por parte de sus padres y de los educadores. Si han hecho algo mal, se han equivocado o han roto "el jarrón chino", lo negarán para evitar una reprimenda o un castigo. Esta forma de comportarse suele darse hasta los 5 años. Según algunos expertos, hacia los 6 ó 7 años los niños ya tienen conciencia de que han dicho una mentira, aunque los adultos no le hayan descubierto.

Otra de las razones por las que un niño o una niña utiliza las mentiras es porque ha visto que los adultos mienten o no son sinceros en su forma de actuar y relacionarse. O dicen una cosa en casa y otra fuera. Los niños aprenden e imitan las actitudes principalmente de sus padres, y con el tiempo esta forma de expresarse será para él natural y normal como ha visto hacer a los adultos.

Otra de las razones por las que un niño o niña dice mentiras puede ser la timidez, que le llevará a no mencionar o a ocultar las cosas más que a mentir. También puede ser que oculte la verdad por complacer o evitar a alguien un daño o un disgusto. En el otro lado, están los niños que mienten por exageración, llevados de su carácter fantasioso, impulsivo o vanidoso.

Enseñar sinceridad

Dependiendo de la personalidad de nuestro hijo, debemos hacer un esfuerzo por saber por qué nuestro hijo en ocasiones no es sincero y miente. Los padres también han de ser sinceros y aceptar que tal vez estén incurriendo en algún error por el que el niño piensa que mentir es la mejor respuesta. Y de acuerdo con su capacidad de entender, hemos de enseñarles a ser sinceros y veraces. Procuremos empezar por no mentirles, aunque sea en cosas pequeñas, pero importantes para ellos.

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