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Cómo enfocar la educación antidrogas en la adolescencia
Salud
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Cómo enfocar la educación antidrogas en la adolescencia
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Hace varios años que el tema del uso de alcohol y drogas entre los jóvenes (y cada vez a más temprana edad) es algo primordial en las escuelas y en conferencias docentes y sociales. ¿Podemos realmente educar a los niños para evitar ciertos hábitos? Ésta es la pregunta que padres y pedagogos se plantean y en la que hemos querido profundizar en este artículo. 

Existen varias corrientes educacionales con las que abordar este tema, y entre ellas, destacan cuatro. la mezcla de todas ellas será sin duda la mejor manera de prevenir y detectgar el consumo de drogas en la adolescencia:

1. Corriente ético-legal:

Desarrollada por los profesionales del derecho y la seguridad. Se refieren a este problema como a cualquier acto delictivo, es decir, lo abordan desde los sistemas legislativo, policial y judicial. No profundizan en la problemática de la drogodependencia, sino en los daños que ésta ocasiona en la sociedad. Su intervención se basa en el castigo, en las consecuencias penales.

2. Corriente médica:

Desarrollada por los profesionales de la salud. Abordan el problema desde el punto de vista estrictamente médico, es decir, en los efectos que las drogas causan en el cuerpo y en la mente. Asumen las toxicomanías como enfermedades en sí mismas derivadas de una falta de control sobre un producto adictivo. Creen que mostrando la forma en que el abuso de las drogas deteriora el organismo concienciarán a los jóvenes a evitar su consumo. No obstante, apelan únicamente a una preocupación por la salud física que los adolescentes no suelen tener. No por ello esta forma de concienciación es del todo ineficaz, aunque sí quizá poco llamativa.

3. Corriente sociocultural:

Defiende la idea de que exista una subcultura específica proclive al consumo de drogas y al abuso del alcohol, generalmente los círculos más marginales, aislados y precarios debido a su desvinculación de las normas sociales convencionales. Destaca la influencia del entorno del individuo (pertenencia a cierto grupo, marginalidad o costumbres y tradiciones). Según este punto de vista, es difícil que estas personas salgan de la droga sin una educación anterior preventiva. Una vez en el bucle, pueden quedar fácilmente atrapados para siempre. Sin embargo, esta teoría tienes ciertas lagunas, por ejemplo el uso de drogas entre círculos totalmente contrarios a los que hemos nombrado: elitistas e hijos de familias adineradas. No podemos encasillar un problema de adicción en un marco socioeconómico concreto porque surge entonces, a la vez, la problemática de la estigmatización.

4.  Corriente psicológica:

Defiende que el uso de drogas y alcohol radica en unos problemas sociales y culturales complejos y variables según el individuo. Las causas varían de una persona a otra: familia desestructurada, presión de grupo, carácter débil, baja autoestima, depresión, sentimiento de soledad e incomprensión… La adolescencia es un periodo crítico debido a las comunes crisis de identidad, en las que la presión de grupo golpea con más fuerza. Las malas compañías pueden influir muy negativamente en una personalidad débil. Debido a esto, se dice que la autoestima y la confianza en uno mismo inculcadas desde la infancia son tan importantes en el desarrollo personal.

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