Los padres tenemos siempre que estar atentos a la alimentación de nuestros hijos. Cuando llega la adolescencia nuestros hijos a veces tienden a descuidar su alimentación. Desde la infancia hay que prevenir la anorexia enseñando a nuestros hijos la importancia de unos correctos hábitos alimenticios.
Uno de los métodos puede ser comer en familia siempre que sea posible ya que así se convertirá en una reunión agradable en la que se intercambian los problemas del día.
La anorexia juvenil
La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años pero últimamente se están dando casos de chicos. Se trata de jóvenes que no están contentos con su físico y que desarrollan un problema alimentario que se puede llegar a convertir si no se detecta a tiempo en una enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un problema de salud que afecta de forma especial a las chicas. Concretamente, apunta que es la tercera enfermedad crónica con más prevalencia entre la población juvenil femenina.
La sociedad actual mediante las tendencias y la publicidad les está dando a los jóvenes el mensaje de que la delgadez conduce al éxito y la felicidad. Muchos de estos jóvenes desarrollan un trastorno alimentario porque se convierte en una obsesión. La adolescencia es una etapa especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente formada.
Los profesores y los padres pueden ser fundamentales a la hora de detectar estos trastornos alimentarios y poder tomar las medidas adecuadas lo antes posible. Hay que estar atentos si existe un deseo de perder peso está injustificado o si el joven empieza a reducir sin motivo la cantidad de comida.
Las consecuencias pueden ser graves porque pueden ser físicas y también psicológicas y mentales y les puede condicionar toda su vida.
Consejos para la prevención de la anorexia juvenil
El Ministerio de Sanidad publicó en 2009 Guía Práctica Clínica sobre TCA en la que podemos encontrar las siguientes recomendaciones para una vida saludable que podéis leer en su totalidad en el documento:
1. Dividir la ingesta diaria en 5 comidas.
2. No saltarse comidas, lo único que se consigues es tener más hambre y ansiedad en la siguiente.
3. Intentar comer sentado, en compañía y sin prisas.
4. Alimentación variada.
5. Beber 2 litros de agua al día.
6. Realizar una dieta SOLO, si es necesario porque se tiene sobrepeso, y SIEMPRE asesorados/a por un profesional. Cualquier dieta muy restrictiva no nos va a ayudar a hacer cambios en nuestros hábitos alimenticios que puedan perdurar después de terminarla
7. Incluir alguna actividad física en tu vida cotidiana. Buscar como objetivo hacer deporte, divertirte, que adelgazar no sea tu objetivo. Hacerlo en compañía y si es necesario, porque el deporte lo requiere, con un buen entrenador/a.
8. Seguro que hay alguna parte de tu cuerpo que no te gusta, pero no debes obsesionarte por cambiarla. Eres mucho más que un cuerpo y tu entorno te quiere como eres.
Pedir ayuda
La ayuda terapéutica es necesaria en prácticamente en todos los casos aunque existen diversos tratamientos, aunque todos son a largo plazo y algo complicados. Si se coge a tiempo hay un porcentaje muy alto de recuperación sobre todo si se se trata de anorexia o bulimia nerviosa. Una buena opción es informarse en asociaciones como ADAMER, la Asociación en defensa de la atención a la anorexia nerviosa y bulimia.
Lo importante es transmitir mensajes al adolescente pautas que indirectamente protejan de los Trastornos de la Conducta Alimentaria como la alimentación saludable, realizar al menos una comida en casa al día con la familia, facilitar la comunicación y mejorar la autoestima, evitar que las conversaciones familiares giren compulsivamente sobre la alimentación y la imagen y evitar bromas y desaprobaciones sobre el cuerpo, el peso o la forma de comer de los adolescentes.