La Mononucleosis, también llamada “enfermedad del beso” o “mono”, es una enfermedad infecciosa causada por el virus de “Epstein Barr” (VEB) y que afecta principalmente a adolescentes y jóvenes adultos con edades comprendidas entre los 14 y los 25 años.
Aunque se trata de una enfermedad leve, en casos muy raros puede generar complicaciones, en función del estado inmunológico y de salud de cada paciente.
Debido a que sus síntomas resultan bastantes comunes, la Mononucleosis puede ser confundida con multitud de enfermedades, aunque todas de carácter leve.
Así pues, esta enfermedad tiene fácil cura y no requiere de muchos cuidados especiales, no obstante, es necesario acudir a un centro de salud para que supervisen la evolución de la enfermedad, y más cuando se trata de adolescentes en plena edad de crecimiento.
• Síntomas de la Mononucleosis
Los síntomas de esta enfermedad son variados y van aumentando en gravedad a medida que se va desarrollando sin tratamiento.
Los primeros síntomas son:
- Dolor de garganta.
- Resfriado.
- Fiebre.
A continuación, si la situación empeora, los síntomas son:
- Inflamación de los ganglios, sobre todo los del cuello.
- Inflamación de las amígdalas, siendo palpables en la superficie.
- Inflamación del hígado y del bazo.
Existen otros síntomas que varían en función de la salud del que la padece:
- Manchas rojizas parecidas a las que surgen por alergias.
- Neumonías (más en adultos que en niños).
- Náuseas.
- Vómitos.
- Fatiga extrema.
- Apatía.
• Cómo se transmite la Mononucleosis
Para su contagio sólo es necesario el contacto por la saliva, ya sea bebiendo del mismo vaso, dándose un beso o compartiendo cubiertos o comida.
En este caso, el virus se mantiene en la saliva durante varias horas y puede ser transmitido a otras personas, aunque no se muestren los síntomas de la Mononucleosis.
Otra forma de que se produzca el contagio es a través de transfusiones de sangre, por lo que hay que tener un cuidado especial a la hora de realizar cualquier transfusión.
• Tratamiento de la Mononucleosis
En la mayoría de los casos, a no ser que sufran un caso grave, no se requieren cuidados especiales para su tratamiento, simplemente es necesario reposo y beber mucho líquido (como si se tratara de un simple resfriado), tomando además ibuprofeno o paracetamol. En pocos días, el afectado irá recuperando su salud.
En caso de que el adolescente no mejorara con las primeras medidas, se le prescribirán fármacos antivirales.