A pesar que desde siempre se ha pensado que los videojuegos son perjudiciales o incluso una pérdida de tiempo para los niños, con el tiempo se ha descubierto no solo que esto no es así sino que además, pueden suponer un aporte de inteligencia extra para su desarrollo y que de alguna forma, también gestionan la estrategia y audacia en el cerebro.
En este texto queremos hablar de esos beneficios de los videojuegos en los niños sobre todo a raíz de que se haya comprobado que hay estudios que sí que hablan de las ventajas de éstos en los niños pequeños y cómo podemos potenciar cada una de sus cualidades en las fases de crecimiento.
¿Cuáles son los beneficios de los videojuegos para nuestros hijos?
No sería la primera vez que se habla positivamente de los videojuegos con respecto a nuestros hijos. Desde hace algunos años se viene demostrando que los pequeños que han superado al menos un juego en su infancia, se han notado más perspicaces a la hora de encontrarse con diferentes situaciones de angustia.
Por otro lado, la resolución de problemas ha sido mucho más rápida en los niños que han jugado a videojuegos y algo más lenta para aquellos que no han tocado alguno en su vida. La evolución de estos juegos en cambio, ha sido bastante grande puesto que si pensamos en las historias que había hace veinte años, nos damos cuenta de que no tienen nada que ver con esos que vemos actualmente en las consolas.
Uno de los últimos estudios que ha destacado los beneficios de los videojuegos para niños lo ha llevado la Universidad de Oxford y desde aquí, a partir de una encuesta a 5.000 niños de entre 10 y 15 años de edad, se ha observado cómo aquellos que juegan al menos una hora diaria, presentan más rasgos de sociabilidad y tienen menos hiperactividad que los que no cogen una consola en su vida.
Sin embargo, a partir de las tres horas diarias (pasándose de éstas) se empezó a ver que los efectos que el videojuego tenía sobre el niño eran más negativos en porcentaje que positivos tal y como hablamos. Dicho esto, es interesante que si nuestro hijo se encuentra demasiado “enganchado” a un juego controlemos que éste no domine su vida y lo retire de sus obligaciones pero sobre todo, de relacionarse con otras personas.