El miedo o terror nocturno tiene relación con el miedo a la oscuridad o con sueños y pesadillas infantiles que despiertan al niño en estado de susto. El niño o la niña tiene miedo a irse a dormir porque asocia la oscuridad a momentos amenazadores, cuando papá y mamá ya no están o piensa que no le oyen si les llama durante la noche. Es una reacción normal en los niños de entre 3 y 6 años, aunque puede darse más adelante. Hay algunas prácticas que nos ayudarán a vencer ese miedo y dormir con tranquilidad.
Para evitar el miedo nocturno
Puede que el niño termine el día algo excitado emocionalmente con alguna actividad que haya vivido en el colegio o durante el resto del día.
Antes de irse a dormir evitaremos momentos de tensión y contenidos televisivos no adecuados a su edad. El recurso tradicional de contar un cuento antes de que se duerman con personajes e historias amables suele dar resultado. Otro pequeño truco que muchos padres utilizan es realizar por la tarde alguna actividad física o deporte para gastar energía física. Si añadimos el baño conseguiremos que vaya más relajado a la cama.
Para reducir la sensación de abandono en la soledad de la oscuridad es también un recurso útil la pequeña decoración con estrellitas y figuras fosforescentes, que se colocan en el techo o en las paredes y que dan una cálida sensación de compañía. También es bueno dejar un foco de luz cerca de la habitación. Otro recurso es dejar la lamparilla de su habitación encendida y apagarla un rato después, cuando ya se haya dormido. Podemos añadir el muñeco de peluche, el "guardián de la noche", para que se sienta acompañado.
Pequeña psicología
El niño que se despierta en medio de la noche por una pesadilla está asustado. Hay que darle seguridad, abrazarle y distraerle. También funciona bien el típico vaso de leche caliente y algún dulce. Las pesadillas pueden mostrar alguna preocupación, puede que sea algún episodio escolar, alguna situación familiar o algún contenido televisivo cuya sensación recuerda inconscientemente. Para saber las causas pongamos en marcha la pequeña "operación charla": al día siguiente busquemos un momento tranquilo y con suavidad vayamos charlando sin tensiones, lo más probable es que no tarde en contar las cosas que le asustan. Encontraremos la clave para poner remedio.