No es necesario decir que habituarse a una vida sana desde la infancia es un factor influyente en el posterior desarrollo físico y emocional de una persona. Practicar un deporte moderado desde niños fortalece tanto la salud como la autoestima, y más aún si los padres nos involucramos uniéndonos a nuestros hijos en estas actividades.

A continuación os diremos las ventajas de crear hábitos deportivos moderados en familia:

1. Pasaremos un rato divertido juntos. Por ejemplo, podemos salir los sábados o domingos a montar en bicicleta o a jugar al parque. No forcemos la situación, intentemos que sean nuestros hijos quienes elijan una actividad que les apasione para que, de esta forma, la idea les parezca más atractiva. Si los llevamos a rastras sólo crearemos una situación tensa.
2. No es sólo por la salud de nuestros hijos, sino por la nuestra también. Mejoraremos los sistemas óseo y sanguíneo.
3. Los niños, conforme crecen, se van haciendo cada vez más tranquilos y sedentarios, y es importante evitar esto. El deporte previene la obesidad y favorecerá la relajación y, junto a ella, mejorará la calidad del sueño. Así se reducen el estrés, la ansiedad y previene la depresión.
4. Ayuda a desconectar del día a día. También es una oportunidad de compartir alguna afición con nuestros hijos. Está demostrado que el rendimiento en una actividad se incrementa si se hace en compañía.
5. Generamos una sensación de bienestar gracias a la liberación de endorfinas provocada por el deporte, las cuales se encargan de atenuar el dolor y de darnos vitalidad. Por eso se las conoce también como “hormonas de la felicidad”.

Y tras este artículo os animamos a responder a las siguientes preguntas: ¿soléis practicar deportes en familia? ¿Cuáles? ¿Cuánto tiempo les dedicáis? ¿Cómo reaccionan vuestros hijos ante ellos?