La pintura de dedos es un material idóneo para los más pequeños de la casa, ya que desde que muestran interés por las cosas que les rodean, siempre tienden a tocar todo para experimentar y conocer, descubriendo así diferentes texturas, temperaturas y consistencias de los objetos, gracias a su sentido del tacto.
Pintar con los dedos, además de ser una actividad creativa y lúdica para los más pequeños, les permite desarrollar y estimular su sentido del tacto, potenciar su creatividad y mejorar su coordinación óculo-manual.
Para llevar a cabo esta actividad, sólo será necesario disponer de pintura de dedos y de un pliego grande de papel, que pueden ser comprados en cualquier tienda de manualidad. A parte de las manos o los pies, también se pueden emplear pinceles, esponjas, rodillos u otros instrumentos que puedan ser usados por el niño para pintar, lo cual, dependerá de la edad de éste.
Recordar, que esta actividad siempre tiene que estar vigilada por un adulto, se puede llevar a cabo en casa, y se puede acompañar con un poco de música, estimulando aún más a los más pequeños.
Por todos los beneficios que puede tener esta actividad, vamos a enseñaros cómo se puede preparar la pintura de dedos de una manera casera, fácil y sencilla.
• Ingredientes
- Agua.
- 1 taza de Harina de trigo o maíz.
- Pintura vegetal comestible de diferentes colores.
- Sal o azúcar (opcional).
• Elaboración
Primeramente, colocaremos en una cazuela 3 tazas de agua y la pondremos a hervir. Mientras esperamos a que el agua rompa a hervir, en un recipiente añadiremos una taza de harina y la diluiremos en agua fría.
Una vez tengamos la harina diluida, y el agua hirviendo, retiraremos la cazuela del fuego y añadiremos la harina diluida poco a poco. Vamos removiendo para evitar que se formen grumos y colocamos la cazuela de nuevo al fuego para dejar hervir el conjunto durante un minuto.
A continuación, colocamos diferentes recipientes sobre una mesa, y repartimos en ellos la mezcla que habíamos preparado. A cada recipiente le añadimos pintura comestible de un color diferente, mezclamos bien, y dejamos enfriar hasta que esté tibia. En este paso, también se le puede añadir un poco de sal o azúcar para darle otro tipo de textura.
Y ya tenemos lista nuestra pintura de dedos casera lista para ser usada.
Si después de utilizarla, sobrara algo de pintura, se puede conservar en el frigorífico para futuras ocasiones, teniendo que calentarla un poco cuando la fuéramos a utilizar.