Es de conocimiento general que a los niños les encanta el dulce (así como a la mayoría de los adultos). Los niños siempre preferirán algo dulce antes que cualquier otro alimento ya que aún no piensan de forma lógica, sino que se guían por un puro instinto de placer. Nosotros, como adultos, hemos aprendido a controlar este tipo de deseos para que no resulten perjudiciales para nuestra salud.
Un niño, obviamente, preferirá una onza de chocolate antes que una fruta o una verdura. Y no es malo. De hecho, al contrario de lo que se creía hasta hace poco, es muy beneficiosa la introducción del chocolate en la dieta de los niños a partir de 1 año: es nutritivo y energético gracias a su contenido en calcio, fosfato, proteínas, vitaminas del grupo B, minerales indispensables para el crecimiento y sustancias naturales como los flavonoides, los cuales poseen fuertes efectos antioxidantes.
Los expertos recomiendan un máximo de 50 gramos de chocolate en la dieta de los niños de entre 1 y 5 años (antes de los 12 meses es peligroso, dado que es un alimento alergénico y con un alto contenido en grasas y azúcares). A partir de esa edad podemos empezar a darles a nuestros hijos chocolate en pequeñas dosis (unas pocas onzas con pan, leche con cacao en polvo, magdalenas caseras...).
Debemos ser estrictos con la cantidad de chocolate diario que le damos al niño, ya que es un alimento adictivo. Existen situaciones especiales en las que no se recomienda la ingesta de chocolate (o una moderación más severa):
- Si el niño presenta sobrepeso.
- Si es alérgico a alguno de sus componentes.
- Si padece diabetes. En este caso es más recomendable el chocolate negro porque contiene menos grasas y azúcares.
En todas estas situaciones, el consumo de chocolate debe estar supervisado por un pediatra.
El truco está en la moderación y la variedad. Si repetimos un mismo sabor continuamente acostumbramos al niño a la presencia de lo dulce en su dieta y rehusará comer otro tipo de alimentos. Y llegados a este extremo, si cedemos y lo atiborramos a chocolate, el niño puede sufrir intoxicación, diarreas, naúseas y vómitos. Entonces debemos suspender la ingesta de chocolate hasta que los efectos desaparezcan y no olvidarnos de hidratar al niño con mucho líquido.
¿Cuándo es mejor dar chocolate a mis hijos?
Lo mejor es a media mañana y en la merienda. Al ser un alimento muy energético, calórico y con contenido en cafeína, no se recomienda que los niños lo coman después de las 17:00 o interferirá en su sueño y en su metabolismo. Recordad que es más saludable darles chocolate en onzas que alimentos de bollería con chocolate, ya que éstos últimos contienen grasas trans (relacionadas con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y más obesogénicas).
El chocolate blanco y el chocolate con leche son más ricos en calcio que el negro, aunque el blanco y los que contienen frutos secos contienen a su vez más grasas. Y por su parte, el chocolate negro contiene más flavonoides que los otros, aunque su sabor más amargo no siempre es del gusto de todos.
Así que, como conclusión: SÍ, el chocolate es bueno para los niños porque les aportan las energías necesarias para afrontar el día y los nutrientes que el desarrollo exige. La clave, como ya hemos dicho, es la MODERACIÓN.