La dieta para un niño deportista puede resultar un gran reto para los padres. Al igual que los adultos, requieren de más energía cuando practican ejercicio, y además, necesitan suficientes nutrientes para no sacrificar su crecimiento y desarrollo.
A este respecto, se ha comprobado que el consumo energético del ejercicio es mucho mayor en niños que en adultos. Por ejemplo, un niño de 7 años puede necesitar un 25 o un 30% más de energía por kg de masa corporal que un adulto que realice una actividad similar.
Una de las principales razones de este mayor consumo, radica en la falta de coordinación muscular que todavía mantienen los niños.
Por esta razón, es fundamental que un niño deportista pueda consumir toda la energía que necesita, y para ellos, en la mayoría de los casos, será suficiente mantener un horario que incluya 3 comidas principales y 2 ó 3 meriendas.
En este caso, lo ideal es que cada 3 ó 4 horas dispongan de tiempo para comer, y en especial, que tengan una pequeña merienda antes y después de entrenar.
Independientemente de si son deportistas o no, los niños requieren de un consumo de proteínas más elevado que los adultos, ya que lo necesitan para su correcto crecimiento y desarrollo.
Esto se puede conseguir, procurando que en cada una de sus comidas principales obtenga una fuente de proteínas de alta calidad. Las proteínas de origen animal son las que mejor asimila el músculo, aunque también es importante combinarlas con proteínas que sean bajas en grasa.
Veamos a continuación qué alimentos podemos ofrecerle en su dieta cotidiana:
Desayuno
-Huevos.
-Leche o yogurt bajo en grasa.
-Leche de soja.
-Quesos bajos en grasa.
-Cereales y galletas "maría".
Merienda pre y post entrenamiento
-Sándwich con pan integral y queso.
-Yogurt con fruta o batido de fruta con leche.
-Avena con leche.
-Sándwich de pan integral con atún en agua.
-Frutos secos.
Comida y cena
-Pollo o pavo sin piel.
-Pescado fresco, mariscos o atún enlatado en agua.
-Carne vacuna o de cerdo bajo en grasa.
-Verduras y legumbres.
-Arroz y pasta.
En este sentido, nunca deberemos olvidar proporcionarle una correcta hidratación tanto antes como después de cada entrenamiento, así como en los meses calurosos del año, lo cual, además, podremos combinar con bebidas energéticas, aunque siempre con moderación.
Por último, los niños deportistas no necesitan de suplementos alimenticios, aunque se dé el caso de que el menor presente una inapetencia después del entrenamiento. Dicho consumo de calorías se compensará en las propias comidas regulares con alimentos de mayor poder calórico, como por ejemplo, los frutos secos o el aceite vegetal.