El Método Waldorf fue desarrollado por el filósofo alemán Rudolf Steiner con el propósito de que la educación respetase el desarrollo psíquico, espiritual y fisiológico de los niños, afirmando que era fundamental una base emocional sólida para que existiese un buen desarrollo intelectual.
Así pues, con este método se intenta que cada niño se desarrolle en un ambiente libre y cooperativo, donde haya un fuerte apoyo de trabajos manuales, evitando aquellas actividades que se realizan delante de una pantalla o sentados en una silla.
El Método Waldorf se divide en dos ciclos, siendo el primero destinado a los niños de 0 a 7 años, donde se buscará que los niños aprendan a través del juego, estimulando sus sentidos, creatividad y voluntad. De esta manera, primero se trabaja la base emocional y luego, el aprendizaje, pero esto no quiere decir que éste se desatienda.
• Beneficios del Método Waldorf
Con el Método Waldorf se busca una participación continua de la familia con la escuela, consiguiendo así que el trabajo que se lleva a cabo en casa se continúe en la escuela, y viceversa.
Además, se destina un solo profesor por cada etapa educativa, es decir, será el mismo maestro para todos los ciclos de la Educación Primaria, y del mismo modo, se escogerá un tutor para las futuras etapas educativas, uno para la Educación Secundaria y otro para Bachillerato. De esta manera, se afianzan los vínculos entre maestros y alumnos, aumentando la confianza y seguridad de los niños.
Se emplea una educación basada en valores, como son la cooperación, el respeto y la solidaridad, así mismo, este método defiende que los niños han de sentirse seguros y apoyados para que puedan descubrir sus virtudes, guiándose con autonomía, por lo que se permite que cada niño evolucione y aprenda a su ritmo.
Respecto a esto, las clases son orientadas en función de los intereses de los niños, personalizando incluso los deberes a las necesidades y capacidades de cada niño en el grupo clase.
También, y dado que este método se apoya en el juego al aire libre y las actividades manuales, se conciencia a los niños sobre la necesidad de vivir y disfrutar de la naturaleza, así como su respecto hacia ella.
Para finalizar, el Método Waldorf defiende que a través de los cuentos infantiles, se fomenta la curiosidad e imaginación de los niños. Por este motivo, los padres deben contarles a los niños cuentos diariamente.