Algunos dicen que esta App es de lo peor que ha pasado en los últimos tiempos. ¿El motivo? Los grupos. Hoy señalamos, en concreto, los grupos para padres.
A la pregunta de si son buenos o malos, respondemos que ciertamente pueden ser una fuente de información útil inmediata. El problema llega con su abuso, cuando nos llegan bombardeos de mensajes sobre los planes del fin de semana, preguntas sobre las tareas de los niños, críticas, cotilleos…
No podemos convertirnos en las agendas de nuestros hijos. Este tipo de grupos o foros para padres deberían de utilizarse única y exclusivamente para compartir experiencias en lo referente a educación o a ciertos problemas de la escuela que impliquen a todos, no para saber sobre lo que los niños tienen que hacer o cómo tienen que hacerlo.
¿Por qué? Sencillamente porque ellos deben desarrollar su propio sentido de la responsabilidad. Si se les olvida hacer una tarea o la fecha de sus exámenes, es problema suyo y las consecuencias deben sufrirlas ellos. No por esto somos peores padres. Tienen que aprender a cargar con las consecuencias de sus actos o no madurarán jamás.
Tampoco es un comportamiento adecuado el utilizar los grupos de Whatsapp como fuente de chismorreos y críticas, por ejemplo, hacia profesores u otros padres o alumnos. Uno de los mayores problemas de esta mensajería instantánea es que, si los rumores ya de por sí vuelan, con las nuevas tecnologías alcanzan la velocidad de la luz, y unas simples mentiras malintencionadas hacen más daño de lo que queremos creer.
No son pocos los profesores que han presentado denuncias frente a la ANPE por rumores falsos extendidos entre los padres utilizando esta App. El Whatsapp es, hoy día, lo que hasta hace poco eran los clásicos “corrillos de patio”. Y lo peor no es sólo el sufrimiento que podamos causarles a otros, sino el mal ejemplo que demos a nuestros hijos con esta actitud.