El Bullying tiene cada vez más eco en los medios de comunicación. Cada día vemos casos terribles, algunos con un final feliz y otros con un final trágico. Y seguramente habremos pensado, ¿qué hay de los padres de los acosadores?
En este artículo nos enfocaremos en el otro lado, del que apenas se habla y con el que, desgraciadamente, podríamos enfrentarnos en algún momento. Cuando nuestro hijo es el acosador y no la víctima.
Los acosadores son de todas las formas y tamaños, grupos étnicos, religión, sexo o estrato socioeconómico. Como padre, debe de resultar terrible saber que tu hijo está causando dolor intencionadamente a otros chicos. Varios estudios muestran que los niños que recurren al acoso suelen:
- Tener una gran falta de empatía hacia los sentimientos de los demás.
- Expresar rabia sobre ciertos aspectos o eventos de su vida.
- Querer tener el control.
- Tener muy baja autoestima.
- Venir de familias en las que los padres o familiares se comportan de forma violenta.
- No recibir suficiente supervisión ni atención parental.
- Tener padres que no ejercen ninguna disciplina sobre ellos.
- Haber sido con anterioridad víctimas de acoso y quieren tomar represalias.
La buena noticia es que hay muchas maneras en las que, como padres, podamos ayudar a nuestros hijos a salir de este círculo de violencia. Reaccionando de manera inmediata, podemos enseñar a nuestros hijos a lidiar, de otras formas, con sus sentimientos, la presión de grupo y el conflicto con los demás.
Para los padres puede resultar de ayuda pensar en los acosadores como caer en un continuum: en un extremo está el acosador. Un poco más abajo en la escala están aquellos que lo apoyan, sus seguidores por así decirlo. Luego están los espectadores; no ejercen violencia activa, pero disfrutan viéndola.
En otro lado están los que presencian los actos pero no interfieren; otros que, aunque están en contra del Bullying, temen entrometerse.
Y, finalmente, al lado opuesto del continuum están los protectores: niños, padres o profesores que se interponen entre el acosador y su víctima. Nuestro hijo, como acosador, tiene que darse cuenta de esta escala y abrir los ojos sobre el lugar que ocupa en ella. ¿Disfruta en esa posición? ¿Qué le ha llevado a ella?
A continuación tenemos algunos consejos para los padres que pasan por esta difícil situación:
- Nadie quiere hablar con un adulto enfadado, de modo que mantengamos la calma tanto en casa como cuando hablemos con los profesores y padres de las víctimas.
- Asegurémonos que el comportamiento de nuestro hijo no va a asociado a algún tipo de discapacidad.
- Presta atención a las opiniones de otros sobre el comportamiento de tu hijo. Y, después, escucha la versión del niño.
- Explícale a tu hijo las consecuencias de sus actos. El Bullying causa daños físicos, psicológicos y emocionales que, a veces, pueden ser incluso irreparables.
- Ayuda a tu hijo a utilizar estrategias alternativas a la violencia. Uno no nace “acosador”, la gente puede cambiar. Intenta que él se ponga en el lugar de la víctima y empatice.
- Sé claro. Dile que no vas a tolerar un comportamiento tan miserable y que, de continuar así, sufrirá las consecuencias.
- Predica el ejemplo en casa. Evita hablar mal sobre otras personas o compartir historias inapropiadas.
- Felicita a tu hijo cuando muestre compasión y arrepentimiento.
- Si con todo esto, los abusos perduran, intenta buscar ayuda psicológica profesional.