Atrás han quedado las formas rudas y violentas de educar a los hijos, donde el castigo psicológico y físico eran los auténticos protagonistas. En su lugar, podemos optar por una educación positiva, la cual, se basa en el afecto para educar.
Esta manera de educar se caracteriza por el gran estímulo que recibe el vínculo paterno-filial, así como por fomentar el respeto mutuo, evitando las conductas violentas. En este caso, es importante señalar que se ha de ser constante y paciente, trabajar en equipo y establecer unas normas claras, bien dialogadas y explicadas, que los niños sepan que no deben sobrepasar. Recordad que sois sus padres y no sus amigos, ya que de lo contrario, cuando el niño crezca podría no teneros respeto alguno.
• Pautas para educar de forma positiva a nuestros hijos
Esta manera de educar, más que ser algo formativo para los niños, es un estilo de vida, donde se tienen unas creencias y se debe respetar a todos los miembros familiares, dejando a un lado la disciplina negativa. Algunos consejos a seguir para educar de forma positiva, son:
- Sé un buen ejemplo. Los niños aprenden e imitan todo lo que ven en casa, por lo que es fundamental que los padres sean un buen modelo para que su hijo tenga unas conductas apropiadas.
- Respeta y comprende a tu hijo. Cada niño tiene una personalidad distinta a la de los demás, y precisará de una forma diferente con la que tratarle, acomodándose a su forma de ser. De este modo, no servirá lo mismo para un niño extrovertido que para uno que sea más reservado.
- Piensa el porqué de las acciones de tu hijo. Antes de castigarle, intenta entender por qué tu hijo se comporta de esa manera tan inapropiada, como por ejemplo, saltar encima del sofá, tirar cosas, etc..., es posible que simplemente se aburra, necesite gastar la energía acumulada o intente llamar tu atención.
- Comunícate con tu hijo. Es fundamental que exista una buena comunicación entre padres e hijos para que éste aprenda a expresar sus sentimientos, para ello, será necesario que se sienta cómodo y pueda confiar en sus padres.