Es algo normal que a determinadas edades los niños duerman esporádicamente fuera de casa, en la de un amigo, familiar, campamento, etc. No es ni mucho menos malo que esto pase. Vamos a ver algunas recomendaciones para prepararles tanto a ellos como a nosotros.
Primero, debemos concienciarnos de que a partir de los cinco años, es ya un momento adecuado para permitir al niño que pase la noche fuera y que no tiene porqué ir mal, es decir, que lo vaya a pasar mal; lo importante es que adoptemos una actitud positiva.
A los adultos de la casa en la que se va a quedar, es conveniente darles algunas pistas de cómo tratar al niño, advertirles si es la primera vez que duerme fuera, rutinas y horarios, cómo solemos hacer nosotros el ritual de irse a la cama...y toda la información importante sobre el niño, si es alérgico a algo, si toma algún medicamento etc. Y por supuesto, que quede claro que si necesitan llamarnos en horas indecentes no sientan ningún tipo de remordimiento por hacerlo.
En cuanto al niño, en primer lugar, nunca debemos obligarlo a ir, puesto que si lo hacemos el fracaso está asegurado. Una vez esté convencido, aclarar que nos puede contactar a la hora que quiera. Tenemos que tener cuidado con no alarmarle, podemos aprovechar algún momento relajado, por ejemplo, podemos preparar con él la bolsa que se va a llevar, y tratar con normalidad el tema. Este un momento perfecto para darle las instrucciones que consideremos. Tenemos que transmitirle tranquilidad, que vea que dormir fuera de casa no conlleva ningún peligro.