El momento de la muerte de un abuelo es muy importante para la formación de nuestros hijos. Los padres tienden a querer evitar que sus hijos sufran con este acontecimiento y piensan que no son capaces de enfrentarse al sufrimiento que provoca la pérdida de un ser querido. Pero es una ocasión para enseñarles algunas cosas importantes, entre ellas que el dolor forma parte de la vida. No ocultemos este tema, sino acompañemos a los niños en este proceso para que se sientan seguros.
Preparar el momento
Los niños se preguntan de forma natural qué es la muerte, a dónde van las personas cuando se mueren y hacen preguntas para entender esta situación, incluso antes del fallecimiento de un miembro de la familia. Es un momento que debemos aprovechar para formar en ellos conceptos básicos sobre qué significa la muerte, con palabras adecuadas a su edad. En ocasiones plantean preguntas que resultan difíciles de responder, digámosle con sinceridad que nosotros tampoco conocemos todas las respuestas.
Debemos ir preparándoles para el momento en que fallezca. Cuando se ponga enfermo iremos a visitarle. Advertiremos a nuestro hijo o hija que puede que el abuelo no tenga buen aspecto y no tenga muchas ganas de hablar, pero que todos nos esforzaremos en mostrarle nuestro cariño.
Los padres suelen tener bastante prevención con las visitas al hospital y en cierto sentido son lógicas, pero debemos tener presente que lo principal es el encuentro entre abuelo y nieto, si ponemos el foco en ese momento la impresión que pueda causar un hospital pasará a un segundo plano. Podemos limitar a una serie de días las visitas y prepararlas con cariño, pidiéndole al niño que haga él mismo un pequeño regalo a su abuelo: un dibujo o una manualidad.
La despedida
Dependiendo de nuestras creencias la despedida final del abuelo será de una forma u otra. En caso de que se celebre un funeral, y dependiendo de la edad de nuestro hijo, podremos llevarle con nosotros habiéndole prevenido sobre qué va a pasar en esa ceremonia. También valoraremos si acude al entierro u otra ceremonia. Es importante que nuestro hijo perciba con claridad un momento de despedida, de adiós, en el que el proceso de la muerte ha terminado y que ese momento lo vivimos en familia. No ocultemos nuestro dolor, habla de nuestro cariño hacia quien se va.