Se dice que "los padres están para educar y los abuelos para mimar", y no va del todo mal desencaminado. Los abuelos ya ejercieron de padres, y el nuevo papel les deja más libertad al estar, normalmente, en un plano más secundario.
Hoy en día, los padres son más recelosos en cuanto a la involucración de los abuelos en la educación de sus hijos, y con el cambio de los modelos de familia, el rol de los abuelos, que antes solían ser figuras más severas, ha cambiado a su vez. Actualmente, los abuelos son más activos de lo que solían serlo pongamos hace unos veinte años. No son niñeras pero tampoco padres, lo que les ofrece un amplio abanico de actividades y caprichos que se permiten con sus nietos.
La rutina familiar cambia bruscamente con la llegada de un bebé, y por mucha preparación previa que se haya planeado, siempre es un alivio poder delegar de vez en cuando o se agradece una ayuda extra.
Para los niños, una buena relación con sus abuelos significa una fuente riquísima de conocimiento y goce: se aprende por ambas partes, la experiencia se suma a lo nuevo, los niños desarrollan sus relaciones emocionales con más facilidad si se encuentran en un ambiente cariñoso por parte de sus familiares más cercanos.
Es cierto que hay muchos tipos de abuelos: están los más anticuados que creen firmemente que su forma de educar fue la mejor y que no están de acuerdo con las normas de los más jóvenes, y por el contrario, los que prefieren dejar las obligaciones más "aburridas" para los padres y disfrutar de sus nietos de la forma que no pudieron hacer con sus hijos.
Los abuelos pueden desempeñar muchísimos roles diferentes en la relación con sus nietos, tanto para bien como para mal. Siempre se tiende a traspasar lo aprendido, pero en lo referente a religión, valores, tradiciones y estilo de vida pueden existir diferencias con los padres y es necesario tratar estos temas con calma y la mente abierta para no poner al niño en una situación comprometida.
Los abuelos construyen un nido de unidad familiar que da seguridad tanto a los nietos como a los padres, especialmente en casos de divorcio, embarazo prematuro, padres con carreras exigentes y otros problemas del entorno social. Dado que los abuelos no están al cargo del cuidado diario del niño, tienen el lujo de poder convertirse en su confidente, su amigo, cuentacuentos, guía espiritual... Los juegos imaginativos desarrollarán su imaginación así como sus habilidades intelectuales y comunicativas (principalmente en niños de entre 3-5 años).