La televisión es uno de los componentes de la vida familiar. Las muchas opciones de entretenimiento e información hace que en ocasiones los contenidos televisivos a los que tienen acceso nuestros hijos sean positivos y en otras no sean los adecuados a su edad. Los padres deben saber elegir y moderar su uso.
De la necesidad de aplicar nuestro criterio habla el dato del informe "La Generación Interactiva en España. Niños y adolescentes ante las pantallas", publicado por el Foro Generaciones Interactivas en España en 2009: en el hogar del 48% de los niños y del 56,5% de los adolescentes hay tres o más televisores. Para conocer cuál es la regulación televisiva en cuanto a contenidos infantiles se puede visitar la web www.tvinfancia.es
Tele adecuada a cada edad
Los niños tienen muchos menos recursos para distinguir entre ficción y realidad que un adulto. Los programas que vean en la tele deben ser los adecuados a cada edad. La televisión posee una capacidad de impregnación psicológica muy grande y los estilos de vida, criterios éticos y estéticos, conductas, mensajes y emociones se convierten fácilmente en modelos imitados que entran en casa sobre todo a través de los programas de entretenimiento.
La mejor forma de distinguir cuáles son los contenidos adecuados para nuestros hijos nos llevará a informarnos sobre cada programa o canal, ya que existen canales con programación para el público infantil exclusivamente. Podemos ver la parrilla de programación o buscar información en internet, medios de comunicación, revistas... Lo más seguro es ver nosotros el programa y comprobar si realmente es positivo.
Moderar el uso de la tele
Según los expertos, los niños que ven más de dos horas de televisión al día pueden sufrir trastornos de atención en la infancia y la adolescencia. La razón es que los estímulos que percibe el cerebro infantil, aún en crecimiento, dificulta la concentración frente a tareas más monótonas. Ver la televisión con moderación es necesario también porque distrae de otras actividades educativas: hacer los deberes, compartir tiempo y juegos con hermanos o amigos, hacer deporte...
Lo aconsejable es que los niños no pasen más de dos horas frente a la tele y otras "pantallas", que la televisión se sitúe en un espacio familiar y no en la habitación de los niños, y aprovechar los contenidos que vemos juntos para hablar de temas y valores que queremos transmitir a nuestros hijos.