Cuando uno de nuestros hijos tiene una enfermedad, una patología crónica o una discapacidad física o psíquica, se nos plantean, entre otras cuestiones, cómo van a reaccionar sus hermanos. Además de los cuidados específicos que debemos dedicar al niño enfermo, también son necesarias algunas pautas para los hermanos. Los padres deben tener en cuenta las emociones y respuestas que den antes las necesidades especiales que puede necesitar el hermano.
Reacciones emocionales
Las reacciones que pueden manifestar van desde el desconcierto hasta la superprotección y el exceso de responsabilidad. Los niños que se encuentran con una hermanito diferente pueden pensar que ahora sus padres están menos pendientes de él y sentirse desplazados. Si esta situación se acompaña del abandono de algunas pautas y rutinas familiares piensa que su mundo ha cambiado estrepitosamente y se está hundiendo.
También pueden sentir vergüenza por tener un hermano diferente y querer ocultarlo por temor a las críticas y la falta de aceptación de otros niños. Entre las posibles reacciones también puede estar la de sentir celos, ya que piensa que su hermano recibe toda la atención y cariño. Si los padres no se han ocupado convenientemente de transmitirle la información necesaria y adecuada a su edad para poder manejar la situación, esto les puede generar angustia y miedo. Los padres deben hacerlo con toda la serenidad y seguridad de que sean capaces.
En el oro lado positivo de la balanza, los niños con hermanos diferentes son capaces de desarrollar un alto sentido de la solidaridad, empatía hacia los problemas de los demás, capacidad de dar cariño y comprensión y ser más generosos.
Algunas pautas
Los padres han de mantener siempre que sea posible las rutinas habituales de la familia, y hacer lo posible por que las cosas sigan más o menos igual en cuanto a las costumbre familiares, integrando siempre que sea posible al hermano con discapacidad en las rutinas familiares.
No deben olvidarse de la atención que deben dar al resto de hermanos y ayudarles a expresar sus emociones, miedos, alegrías... También a mantener la relación con sus amigos habituales, y a seguir con sus propias actividades. Los padres evitarán también no cargarles de responsabilidades que no les corresponden y que no pueden llevar a cabo, ni por conocimiento ni por capacidad.