No es inusual que cuando nace un nuevo bebé el hermano o hermana mayor sienta celos. Es una repuesta generada por el estrés que produce la llegada de un nuevo miembro a la familia. Hay mezcla de ansiedad infantil, envidia y tristeza. Aparecen desde los dos años y medio, pero los niños más pequeños también manifiestan el estrés.
Manifestaciones de celos
Puede manifestar su ansiedad con lloriqueos, rabietas, le cuesta centrarse en las actividades y físicamente manifiesta tensión muscular, dolor de estómago, se hace pis, se expresa de forma infantil volviendo a etapas anteriores...
Los niños más mayores pueden mantener disputas por los juguetes o cualquier otro asunto. Lo positivo es que desarrollan su personalidad en la convivencia, con instintos agresivos o amorosos y aprenden a relacionarse con sus iguales. Si las disputas no brotan del odio y se resuelven sin que intervenga el adulto son beneficiosas, pero vigilando que un hermano no se convierta en un tirano para el otro. Los padres deberán hacer un esfuerzo por enseñar a compartir: hasta los 6 años los niños viven una etapa de egocentrismo infantil.
Qué hacer ante los celos infantiles
Tanto rechazarlos como alentar los sentimientos destructivos es negativo para el desarrollo psicológico, la clave está en gestionarlos, porque no necesariamente desaparecen con el tiempo.
Es necesario dar más atención y cariño al niño, no cuando manifieste su rechazo, ya que parecería que premiamos su actitud, sino a solas con él o ella: jugando en su habitación, dando un paseo, yendo al cine... Toda nuestra atención debe estar centrada en él y evitaremos cualquier interrupción. Los especialistas aconsejan una actividad que guste hacer a ambos y requiera estar cara a cara: contar cosas, hacer caricias, jugar a casitas, teatro, etc.
La atención personal y exclusiva 10 minutos al día es terapeútica para el niño. Otras pautas es no comparar nunca a los hermanos entre sí ni con nadie; tampoco igualar en todo: cada niño es diferente. Por ello el mayor debe tener alguna ventaja: ir más tarde a la cama, ir de compras... Es necesario decirle que las tiene porque es el mayor. Otra pauta positiva será enseñar a cuidar a los demás.
Por último recordar que un ambiente familiar de cariño será el mejor antídoto a los celos.