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Detectar, corregir y superar la dislalia infantil es posible
Salud
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Detectar, corregir y superar la dislalia infantil es posible
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La dislalia infantil es un trastorno del lenguaje que se suele diagnosticar fácilmente en un niño, ya que si a los 4 años de edad, el pequeño pronuncia mal las palabras, es decir, no consigue articular correctamente las sílabas, tanto el entorno educativo como familiar lo detectará de inmediato.

Al principio, los padres quizás sientan la necesidad de ayudarlo, tratando de corregir su forma de hablar, sin embargo, sin un tratamiento orientado y especializado, resultará muy complicado solucionar el problema de una forma casera.

• Tratamiento de la dislalia infantil

El tratamiento consiste, principalmente, en ejercitar la musculatura que interviene en la producción de los sonidos, mediante el uso de juegos, los cuales, facilitarán la adquisición de las habilidades necesarias para una pronunciación adecuada.

Dicha terapia requerirá de la implicación y participación tanto del niño como de su familia, para que el proceso pueda ser seguido y complementado por ellos cuando concluyan las sesiones.

El especialista, ya sea un logopeda o un maestro especialista en audición y lenguaje, tendrá como objetivo conseguir que el niño aprenda a articular los sonidos correctamente, comenzando con una evaluación del nivel articulatorio del niño, y posteriormente aplicando un programa basado en los siguientes pasos:

- Estimulación de la capacidad del niño para producir sonidos. Para ello, reproducirá movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes, enseñándole a comparar y diferenciar los sonidos. 

- Estimulación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos. Para ello, realizará ejercicios labiales y linguales, enseñando al niño las posiciones correctas de labios y lengua para la pronunciación de los sonidos más difíciles. 

- Estimulación de los patrones musculares bucales y linguales. Para ello, realizará ejercicios donde el niño debe producir el sonido de las distintas sílabas, hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido de forma inconsciente. 

Llegados a este punto, el niño estará preparado para empezar con la pronunciación de palabras completas, a través del empleo de juegos. De este modo, una vez que el niño sea capaz de pronunciar los sonidos difíciles, se intentará que los realices fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no solamente en las sesiones terapéuticas.

En caso de que la dislalia esté producida por malformaciones físicas, como por ejemplo, el frenillo lingual, será necesario recurrir a una intervención quirúrgica antes de someterse a la terapia.

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