El asma bronquial es una enfermedad que afecta a los pulmones: ocasiona inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias. Los signos más comunes del asma son sibilancias, dificultad al respirar, tos y opresión en el pecho. Pero dado que estos síntomas pueden aparecer en otras enfermedades, en bebés y en niños pequeños puede ser difícil diagnosticar el asma. Está muy relacionada con las alergias; de hecho, una reacción alérgica es uno de los principales desencadenantes del asma.
Alergias que pueden desencadenar en Asma Bronquial:
- Pelo o caspa de animales.
- Moho, polvo y polen.
- Aspirina y otros medicamentos.
- Cambios del clima (especialmente en climas fríos).
- Sustancias químicas en el aire o en los alimentos.
- Humo.
- Ejercicio físico.
- Infecciones virales.
Los ataques de asma pueden ocurrir o bien frecuentemente o bien únicamente por la presencia de un desencadenante. Por eso las horas del día en las que el asma se da con más facilidad varían dependiendo del enfermo; algunos son más propensos por el día y otros por la noche.
Las señales de alarma son:
- Tos incesante.
- Vómitos provocados tras toser mucho.
- Silbidos en el pecho.
- Dificultad para recuperar el aliento.
- Fatiga al hacer cualquier tipo de actividad física.
- Respiración acelerada.
- Falta de energía
- Dolor en el pecho
Y aún más graves (el niño necesita medicación urgente e ir urgencias):
- No puede parar de toser y vomitar.
- Le cuesta hablar por ahogo.
- Es difícil despertarle.
- Labios o piel azulados.
- El cuello o el pecho se retraen al respirar.
Para tratar el asma, lo más recomendable es evitar los desencadenantes lo máximo posible, tomar la medicación que haya especificado el doctor o la doctora y estar atentos a los síntomas. Es importante que en la escuela estén al corriente de que el niño tiene esta enfermedad, porque en algunos casos un niño con un ataque de asma grave puede necesitar hospitalización, administración de oxígeno y medicamentos por vía intravenosa.
Rara vez esta enfermedad es mortal, pero tanto los padres como las personas cercanas al niño deben colaborar para que no se agrave. Para ello, debemos informarnos sobre el asma todo lo que podamos.