Dado que los frutos secos son los principales causantes de las alergias en los niños, en especial los cacahuetes, se recomienda que éstos no se introduzcan en su alimentación hasta que el niño no haya cumplido los 3 años de edad.
Una vez el niño ya tenga esa edad, se le pueden ir dando poco a poco frutos secos y siempre controlando que no exista ninguna reacción alérgica. Es importante que éstos se les den en forma de productos y nunca las piezas enteras, ya que el pequeño podría correr el riesgo de asfixiarse. Para que el niño pueda comerlos enteros se deberá esperar hasta los 6 ó 7 años.
Sin embargo, según un estudio reciente realizado por los investigadores del King’s College de Londres, el hecho de permitir que los niños coman cacahuetes a edades tempranas podría evitar que éstos desarrollaran la alergia a este fruto seco en un futuro próximo.
Para constatar dicha investigación, han llevado a cabo exámenes en más de 500 bebés con edades comprendidas entre los 6y los 11 meses de vida, los cuales ya presentaban un alto riesgo de desarrollar alergia a los cacahuetes, al haber padecido previamente eczemas, un síntoma temprano de las alergias.
A todos estos niños, se les dividieron en dos grupos distintos. Una mitad comerían alimentos a base de cacahuetes, y el resto evitarían a toda costa el consumo de este fruto seco. Según se comprobó con esta investigación, una vez los niños habían llegado a los 5 años de edad, entre los que habían evitado el consumo de cacahuetes, un 17,2% presentaba alergia a los mismos, mientras que aquellos que sí los habían consumido, tan sólo un 3,2% se vio afectado.
Con estos resultados, se llega a la conclusión que el consumo temprano de cacahuetes en los niños, es un modo muy efectivo de prevenir la alergia a los mismos en los más pequeños.
Y es que, no es la primera vez que la introducción de un alimento en la dieta del bebé se recomienda que se adelante, ya que es como una forma de inmunizar al niño, previniendo así una posible reacción alérgica en el futuro.
A pesar de todo ello y hasta que los estudios no sean más concluyentes y estables, lo más adecuado será respetar las pautas y la edad de introducción de los alimentos en la dieta infantil actuales.