Llega el invierno y con él los típicos síntomas de las enfermedades propias del frío, como la fiebre, la congestión, el dolor de oídos, el dolor de garganta, la tos, etc... En estos casos, y dado que existen muchos medicamentos destinados a paliar dichos síntomas, es importante conocer cuáles serán los indicados para cada uno de ellos, aunque nunca deberemos auto-medicar al niño, ya que ha de ser el pediatra el que indique el medicamento adecuado que se le debe administrar al pequeño.
Veamos a continuación algunos de los medicamentos, empleados en niños, agrupados según el tratamiento al que están destinados:
• Antitérmicos
El paracetamol es el medicamento por excelencia para bajar la fiebre, y la dosis recomendada, dependerá de la edad y del peso del niño. A este respecto, se ha de recordad que el ibuprofeno, medicamento común para tratar ciertas dolencias, no se debe administrar antes de los 6 meses de vida, y tampoco deberá usarse en caso de que el niño presente varicela o esté deshidratado.
• Antihistamínicos
Son utilizados cuando existe urticaria, dermatitis atópica o rinitis alérgica, para contrarrestar la histamina liberada por el organismo al verse atacado por un alérgeno. Éstos suelen estar disponibles en gotas, y aunque no tienen efectos secundarios importantes, sí que pueden causar en el niño somnolencia.
• Antifúngicos
Estos medicamentos se presentan en crema, y pueden emplearse desde los primeros meses de vida, estando indicados cuando se produce una infección fúngica cuando, por ejemplo, una dermatitis del pañal se agrava.
• Broncodilatadores
Están indicados para tratar y prevenir los ataques de asma, ya que se encargan de ensanchar los bronquios evitando que el niño tenga dificultades para respirar. Aunque el niño ya haya sido tratado con algún broncodilatador, hay que destacar, que es importante consultar con el pediatra un nuevo comienzo de tratamiento, ya que el principio activo presente en los broncodilatadores suele ocasionar efectos secundarios, como son nerviosismo e inquietud.
• Cortisona
Se utiliza para tratar el asma alérgica y cada vez que haya dificultad para respirar, siempre que esté causada por una hiperactividad en los bronquios. En este caso, suele administrarse a través de la inhalación mediante un aerosol, pero también puede adquirirse en crema, utilizándola para tratar la dermatitis atópica o la dermatitis del pañal. Este medicamento no suele tener efectos secundarios, sin embargo, puede ser perjudicial si se administra durante un largo periodo de tiempo.