A pesar de las múltiples recomendaciones, a veces inexplicablemente aparecen lesiones en la piel de un niño, en forma de irritación, tirantez, molluscum o verrugas. En estos casos, la homeopatía puede resultarnos de gran utilidad.
Cuando no se trata de un problema cutáneo esporádico, y aunque sean enfermedades que suelen remitirse solas pasados varios meses, no tratarlo implica que en el colegio el niño se vea privado de algunas actividades, y que en casa no se puedan compartir toallas o bañarse con los hermanos, lo que puede acomplejarle, generarle estrés y causarle cierto perjuicio emocional.
En este caso, la homeopatía permite abordar el tratamiento de las enfermedades de la piel tanto leves como crónicas, e incluso, las recaídas, evitando el frecuente y en ocasiones recurrente uso de corticoides, algo importante cuando estamos hablando de la piel de un niño, ya que es mucho más sensible a este tipo de tratamientos.
• beneficios de la homeopatía para los problemas de piel
Así pues, el tratamiento con medicamentos homeopáticos proporciona numerosos beneficios a aquellos niños que padecen problemas de piel, ya que permiten tratar el problema tanto desde un punto de vista sintomático, cuando ya se ha producido la irritación, el picor o el escozor, como desde el preventivo, evitando las frecuentes recaídas o el contagio a otros niños, como sucede habitualmente en el caso de las verrugas y el molluscum.
Los tratamientos homeopáticos se adaptan al tipo de lesión, a su evolución en el tiempo y, sobre todo, a las características con las que se manifiesta en cada niño.
La seguridad que caracteriza a los medicamentos homeopáticos permite que no se presenten interacciones entre medicamentos ni posibles efectos secundarios, por lo que son aptos para los niños de cualquier edad y pueden prescribirse para tratar las molestias o como complemento de otros tratamientos convencionales.
Los medicamentos homeopáticos para afecciones cutáneas se pueden presentar en pomada o en su presentación habitual, en gránulos. Estos últimos hacen que la toma del medicamento sea más agradable, más fácil y pueda tenerse siempre a mano.
Por último, en el caso de las verrugas o el molluscum, la administración oral supone una gran ventaja frente a otros tratamientos, ya que no es doloroso ni deja cicatrices. Además, siempre es mejor prevenir que curar, por lo que si tiene un problema recurrente, hay que enseñar al niño cuanto antes a tratarlo y a preocuparse por su evolución.