¡Qué importante es dormir y estar descansados al día siguiente! Tanto para los niños, como para los padres, no vamos a engañarnos. Si ellos han descansado es casi seguro que vosotros también, pero como tenga una de "esas" noches... Veamos algunos métodos para pasar una noche tranquila.
Respetar o establecer la "hora del cuento". Cuando se van a la cama, en la mayoría de los casos, aún están hiperexcitados, aunque parezca que estén cansados, vemos que tienen energías. Si los ordenamos irse a la cama sin más, lo más seguro es que a los dos segundos se levanten y suelten aquella frase "no puedo dormir". Para apaciguar toda esa energía, hay que crear la rutina de irse a la cama y leer un cuento. De esta manera, estamos consiguiendo, que se calmen, al escuchar el cuento su nivel de actividad cerebral desciende, por tanto se tranquilizan, y ya están listos para dormir del tirón. Si no sabéis que cuanto elegir, en Educativo.es tenemos varios post con recomendaciones de libros que seguro les encantarán.
Una vez terminéis el cuento, si os lo pide o le gusta, podéis dejarle música muy bajita, en muchas ocasiones les ayuda a relajarse, siempre y cuando sea un ritmo tranquilo.
Así como la música y los cuentos son muy recomendables, la televisión logra todo lo contrario, volver a activarlos, así que intentaremos evitar acostarlos viendo un programa de TV.
Cuando hayáis decidido que el ritual ha terminado, no dudéis, ni le deis oportunidad de elegir si quiere prolongarlo, porque en la mayoría de los casos os dirá que sí y tomará por costumbre decidir él cuando dormirse.
